Fernando, un buen amigo vasco, lleva meses preguntándome qué le pasó a Martiño Cabreiro tras los hechos narrados en En tiempo de halcones. Y no es el único, ya son varios los lectores que os habéis interesado por el hermano de Mencía. Lo que no deja de resultarme llamativo, pues me cuesta creer que alguien haya podido cogerle cariño a un personaje tan... peculiar como Martiño.
Supongo que la intriga se debe a que en la novela no se cuenta el final de su historia. Además, se trata de unos de los «malos», y parece que se infringe alguna ley cósmica no escrita si las fechorías de los malos quedan impunes... en la literatura, claro, que en la realidad la cosa es muy diferente (supongo que se trata de algún gratificante mecanismo de compensación universal). Lo curioso es que, en efecto, hay más que contar en la historia de Martiño, cosas que se quedaron en el tintero de las revisiones editoriales...
De hecho, en la primera versión de la novela el epílogo era otro muy diferente. En él, el canónigo Vasco Martíns, unos años después y cómodamente instalado en los jardines del monasterio de San Paio de Antealtares, aprovechaba la visita de los Reyes Católicos a Santiago de Compostela para contar lo sucedido en la ciudad tras los hechos narrados en el último capítulo y terminaba desvelando el final de Martiño.
Obviamente no os lo voy a contar aquí por respeto a los que no han leído el libro, pero si os pica la curiosidad, solo tenéis que descargaros el epílogo de Vasco Martíns en pdf. Son nueve páginas, así que no os llevará mucho tiempo. En las cinco primeras se desvela el final de la hermandad (¡que nadie las lea sin antes terminar la novela!) y en las restantes cuatro se descubre qué ha pasado con Martiño. ¿Tenéis curiosidad?
Pues adelante, a leer...
¡Ya sabes lo que toca! Sí, hombre, lo de ahí abajo, los comentarios... ¿me cuentas qué te ha parecido este otro epílogo?
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