Me imagino que te pasa lo que a mí: tú también tienes una lista de novelas históricas imprescindibles, esas que no podías dejar de leer y te hacían desear que nunca se acabaran. Son las que te vienen a los labios cuando alguien te pide que le recomiendes una lectura.
Sin embargo, organizarlas en una «lista de las mejores» no resulta sencillo: corres el peligro de olvidarte de esta o aquella o de sobrevalorar alguna que en su momento te pareció estupenda y que, quizá, no pasaría por el tamiz de una segunda lectura.
Pero, ¿quién dijo miedo? Estas son mis imprescindibles, las novelas que me hicieron soñar con otros mundos y me convirtieron en escritor de histórica.
La guerra del fin del mundo, de Mario Vargas Llosa
A finales del siglo XIX, en las tierras paupérrimas del noreste de Brasil, el chispazo de las arengas del Consejero, personaje mesiánico y enigmático, prenderá la insurrección de los desheredados. En circunstancias extremas como aquellas, la consecución de la dignidad vital solo podrá venir de la exaltación religiosa y del quebranto radical de las reglas que rigen el mundo de los poderosos. Así, grupos de miserables acudirán a la llamada de la revolución de Canudos, la ciudad donde se asentará una comunidad de personajes que difícilmente desaparecerán de la imaginación del lector. Frente a todos ellos, una trama político-militar se articula para detener con toda su fuerza el movimiento que amenaza con expandirse.
Basada en un hecho real, la revolución de Canudos en Brasil a finales del siglo XIX, esta fue la primera novela histórica que me dejó huella. El ambiente paupérrimo del sertón brasileño, la personalidad del Consejero y la fuerza de la narración me transportaron a un mundo alucinado repleto de personajes poderosos. Imprescindible para entender la potencia del fanatismo religioso cuando se alía con la miseria.
Águilas y cuervos, de Pauline Gedge
Tras la conquista del emperador Claudio en el siglo I, las tribus celtas de Albión ven cómo la pax romana los despoja de sus tierras e intenta acabar con una antigua cultura cuyos rituales y ofrendas desagradan al invasor. Los britanos, pueblo de artesanos y guerreros donde las mujeres combaten igual que los hombres y el honor representa el máximo valor, comprenden que solo la unidad les permitirá oponerse a la todopoderosa águila romana. Liderados por Caradoc, jefe de los catuvelaunos, y con el apoyo de los druidas, custodios de la sabiduría secreta, los cuervos celtas se repliegan al oeste para iniciar la resistencia. Pero el orgullo y la pasión de los individuos inciden, una vez más, en el curso de la Historia. La lucha de Caradoc se perpetuará en la persona de Boudica, reina de los icenos, que se enfrentará al brillante general romano Suetonio Paulino.
Más allá de la historia en sí (que es sumamente interesante), la genialidad de esta novela histórica reside en la extraordinaria capacidad de Pauline Gedge para revivir el mundo de los celtas, sus costumbres, sus tradiciones y su visión del mundo. Imprescindible para conocer de cerca el legado de una cultura, la celta, que terminó arrinconada por el imperio romano.
El asirio, de Nicholas Guild
Siglo VII a. C. Tiglath Assur y Asarhadón, hermanastros, excelentes amigos e hijos del rey de Asiria, comparten sueños y secretos, aunque saben que parten muy atrás en la línea de sucesión a la corona. Pero tras la designación del heredero al trono, una plaga de suicidios y asesinatos conduce a Asiria al borde de la guerra civil mientras tribus bárbaras invaden el país y les despeja el camino. Son tiempos terribles en los que se suceden traiciones y matanzas sangrientas, y muchos ven destrozados sus sueños. Según predicen los augurios, su prima, la encantadora princesa Asharhamat, se desposará con el nuevo rey. Las pasiones chocan con la política y los hermanos se enfrentan entre sí, teniendo que elegir entre la voluntad de los dioses y sus deseos.
Novela histórica con mayúsculas, capaz de revivir un mundo desaparecido y de electrizar al lector. Tiene una segunda parte, La estrella de sangre, que no le queda a la zaga. Imprescindible para los enamorados del Antiguo Oriente.
El nombre de la rosa, de Umberto Eco
Valiéndose de las características propias de la novela gótica, la crónica medieval y la novela policíaca, El nombre de la rosa narra las actividades detectivescas de Guillermo de Baskerville para esclarecer los crímenes cometidos en una abadía benedictina en el año 1327. Le ayudará en su labor el novicio Adso, un hombre joven que se enfrenta por primera vez a las realidades de la vida, más allá de las puertas del convento.
¿Hace falta que os diga algo sobre esta novela? El ambiente del monasterio, la caracterización de los monjes, las intrigas políticas y filosóficas de la época... Imprescindible para sentir, ver y oler la vida en la Edad Media. Y con una excelente adaptación al cine.
El Clan del Oso Cavernario, de Jean Marie Auel
En la última fase de la Era Glacial un terremoto deja a la pequeña Ayla, de cinco años, aislada de su tribu. Afortunadamente encuentra refugio entre los miembros de un clan de neandertales. Valiente e indomable, la joven infunde al principio sorpresa, luego cautela, hasta que, por fin, es aceptada. Sobre todo, por Iza, la curandera y Creb, el hechicero, que cuidan de ella. El futuro líder del clan, Broud, es el único que sigue mirándola con recelo y hará todo lo posible para destruirla. Pero Ayla está protegida por el totém del León Cavernario, un espíritu fuerte que la escogió por ser una superviviente.
Leí este libro hace muchísimos años, antes de estudiar Historia, y me quedé enamorado de Ayla, Iza y Creb. De alguna forma, imagino que igual que le sucedió a unos cuantos millones de lectores, este libro consiguió que la prehistoria cobrara vida ante mis ojos. El resto de los libros de la serie no me parecieron a la altura y terminé abandonándolos, pero este fue todo un descubrimiento. Imprescindible si acabas de visitar Atapuerca o planeas hacerlo.
El dios de la lluvia llora sobre México, de Lászlo Passuth
La conquista de México constituyó sin duda una de las mayoras gestas acontecidas en la historia de la España Imperial. Hernán Cortés y su ejército de quinientos soldados consiguieron para su rey y su religión el más importante de los imperios del Nuevo Mundo: el Azteca. En esta obra, convertida ya en todo un clásico dentro de la novela histórica, Passuth combina hábilmente las crónicas contemporáneas, los datos arqueológicos y su amplio conocimiento del escenario histórico para recrear de forma magistral una de las etapas más fascinantes de la historia del Nuevo Mundo y reflexionar sobre el impacto que supuso para españoles y mexicanos el choque de dos culturas contrapuestas.
Cuando leí esta novela histórica no sabía de América más que los cuatro lugares comunes que nos enseñan en el colegio. Fue todo un descubrimiento. De repente tenía ante mí un mundo repleto de coraje, desesperación y brutalidad. Los personajes históricos se convirtieron en seres de carne y hueso, con sus miserias y su fortaleza. Imprescindible para comprender el impacto de la conquista de América.
De parte de la princesa muerta, de Kenizé Mourad
Estambul, 1918: esta historia comienza en la corte del último sultán del Imperio otomano. La princesa Selma tiene siete años cuando ve cómo se desmorona su mundo. Condenada al exilio, la familia del sultán se traslada a Líbano. Este será el principio del complicado viaje que Selma hará a lo largo de su azarosa vida, un camino que la conducirá a la India y a París en el que encontrará al amor de su vida... y lo perderá para siempre.
Exotismo, drama, romance e historia de la mano. Uno de esos libros que seducen por lo exótico del mundo que describen y que, al mismo tiempo, te permiten comprender un período fundamental de la historia moderna. Tiene una segunda parte, Un jardín en Baldapur. Imprescindible para viajar a Turquía.
El perfume, de Patrick Süskind
Jean-Baptiste Grenouille tiene su marca de nacimiento: no despide ningún olor y por ello hace temer la presencia de algún demonio. Al mismo tiempo posee un don excepcional: un olfato prodigioso que le permite percibir todos los olores del mundo. Desde la miseria en que nace, abandonado al cuidado de unos monjes, Jean-Baptiste Grenouille lucha contra su condición y escala posiciones sociales convirtiéndose en un afamado perfumista. Crea perfumes capaces de hacerle pasar inadvertido o inspirar simpatía, amor, compasión... Para obtener estas fórmulas magistrales debe asesinar a jóvenes muchachas vírgenes, obtener sus fluidos corporales y licuar sus olores íntimos. Su arte se convierte en una suprema e inquietante prestidigitacion.
Uno de esos libros que seducen desde la primera página. La descripción del nacimiento de Jean-Baptiste es de las que no se olvidan. Imprescindible para los que padecen insomnio y para los que tienen buen olfato.
El puente de Alcántara, de Frank Baer
Los destinos cruzados de tres personajes cada uno de ellos pertenecientes a una de las tres grandes religiones que convivían por entonces en España se perfilan sobre un fondo histórico que constituye un vivo retrato de la Andalucía del siglo XI.
Cuando estaba escribiendo mi primera novela histórica, La cruz de ceniza, este era mi libro de cabecera. Lo leía una y otra vez para empaparme de la maestría de Baer a la hora de meter al lector en la historia con cuatro trazos y de dar vida a personajes de épocas muy lejanas. Imprescindible para asomarse a la Edad Media peninsular.
El rey del invierno, de Bernard Cornwell
Los romanos finalmente han abandonado Britania y enseguida se ha desencadenado una lucha a muerte para cubrir el vacío de poder. Al mismo tiempo, los sajones aguardan en la frontera la ocasión para invadir el país. La muerte del rey supremo, Uther Pendragon, dejando como heredero al trono a Mordred, aún un bebé, no hace sino complicar la situación y acabar con el último atisbo de unidad. Solo un hombre es capaz de hacerse cargo de la tutela del niño y avitar así que el reino caiga en manos de sajones o cabe arrasado por la luchas intestinas, y ese hombre es un hijo ilegítimo de Pendragon que vive en el exilio, un guerrero mítico protegido por el mago Merlín y que responde al nombre de Arturo.
Recuerdo que cuando tuve este libro delante por primera vez, al leer sobre qué iba estuve a punto de dejarlo pasar, cansado del mito de Merlín y Arturo. Menos mal que no lo hice. Hoy, Cornwell es uno de mis autores de referencia. Me leo todo lo que publica (¡y no para, afortunadamente!). Al condenado no le basta con basarse en una sólida documentación, además es un genio de la ambientación, la acción y la aventura. El rey del invierno forma parte de una trilogía de novelas históricas (Crónicas del Señor de la Guerra) que recrean el mito de Arturo desde un punto de vista puramente histórico. Si quieres conocer la realidad tras la leyenda, cómo era la Britania de los primeros siglos de nuestra era, este es tu libro. Y si quieres disfrutar de una excelente novela de aventuras, también. Imprescindible para los enganchados a la mejor novela de aventuras históricas.
Juliano el Apóstata, de Gore Vidal
La semblanza del emperador Juliano, quien representa la última tentativa de restaurar el helenismo frente a la hegemonía creciente del cristianismo, es la clave de una época el siglo IV en que un viejo mundo agoniza y otro nace, a la sombra de la cruz.
Este es uno de esos libros que te abren los ojos... y de qué manera. Novela sólida, apasionante y documentadísima que disecciona los orígenes del cristianismo y permite comprender cómo esta religión consiguió acabar con la Antigüedad clásica. Imprescindible para los que huyen del dogmatismo y de las verdades oficiales.
Sinuhé el Egipcio, de Mika Waltari
Sinuhé el Egipcio nos introduce en el fascinante y lejano mundo del Egipto de los faraones, los reinos sirios, la Babilonia decadente, la Creta anterior a la Hélade... es decir, todo el mundo conocido catorce siglos antes de Cristo. Sobre este mapa dibuja el médico Sinuhé la línea errante de sus viajes; y aunque la vida no sea generosa con él, en su corazón vive inextinguible la confianza en la bondad de los hombres.
Este fue el primer libro que leí sobre el Egipto de los faraones. Hace de eso varias décadas, pero sigue siendo el mejor, el más fascinante, y no solo por la ambientación, sino por el retrato de un personaje profundamente humano. Imprescindible para los que sueñan con pirámides.
Los pilares de la Tierra, de Ken Follet
El gran maestro de la narrativa de acción y suspense nos transporta a la Edad Media, a un fascinante mundo de reyes, damas, caballeros, pugnas feudales, castillos y ciudades amuralladas. El amor y la muerte se entrecruzan vibrantemente en este magistral tapiz cuyo centro es la construcción de una catedral gótica. La historia se inicia con el ahorcamiento público de un inocente y finaliza con la humillación de un rey.
Soy consciente de que los más puristas fruncen el ceño ante este libro como si ni tuviera suficiente pedigrí, pero qué queréis, hay que rendirse a la evidencia: Follet es un maestro de la aventura, capaz de insuflar emoción e intriga en cada página. Por algo Los pilares de la Tierra es uno de los libros más vendidos del siglo XX, ¿no? A mí me atrapó desde la primera página. Y tiene segunda parte, Un mundo sin fin, y tercera, Una columna de fuego. Imprescindible para los que quieren emoción en cada página.
Shogún, de James Clavell
Blackthorne, un marino inglés cautivo en el Japón de los shogún a principios del siglo XVII, se va adaptando al modo de vida de sus nuevos amos hasta acabar convirtiéndose en samurái al servicio del gran señor. El enfrentamiento entre dos culturas y dos maneras de ver el mundo tan alejadas como la occidental y la oriental, en la historia de un hombre que termina por reconciliarlas. La acción se desarrolla en el Japón feudal del año 1600, algunos meses antes de la batalla crucial de Sekigahara.
Qué delicia de novela. Exotismo, acción, una cultura fascinante y una recreación histórica de lo más acertada. Durante años, este era el libro que recomendaba cada vez que alguien me preguntaba. Lo he releído hace poco y, menos mal, no es uno de esos que pierden con los años. Al contrario. Imprescindible para los que se sienten samuráis.
Motín en la Bounty, de John Boyne
Instalado en los últimos compases de su vida, el capitán Turnstile rememora los extraordinarios acontecimientos que dieron inicio a su larga y fructífera carrera de marino. A sus catorce años, de padres desconocidos, John Jacob Turnstile es un chico alegre y vivaz que se gana el sustento de forma no muy honrosa por las calles y mercados de Portsmouth. Justo cuando está a punto de dar con sus huesos en la cárcel, surge una última tabla de salvación: embarcar como ayuda de cámara del capitán en un navío destinado a una importantísima y exótica misión. El capitán es William Bligh, la nave es la fragata HMS Bounty y el destino, Tahití.
Cierra la serie, pero solo porque es el último que he leído de la lista. Toda una sorpresa. Una de las lecturas más fascinantes de los últimos años, un relato que atrapa desde la primera página narrado por un chiquillo que parece salido de los libros de Dickens. Imprescindible para los amantes de las novelas marítimas... y para los demás también.
¡Hasta aquí hemos llegado! Seguro que te has leído muchos de estos libros, y seguro también que tienes algunos que se me han escapado de la lista.
¿Me cuentas cuáles son tus imprescindibles?
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