Este viaje a través de las mejores novelas históricas de cada período de la historia se está convirtiendo en toda una odisea repleta de hazañas, batallas épicas, episodios oscuros y acontecimientos memorables. Tras dar una vuelta por las mejores novelas históricas de la prehistoria, visitar la Antigüedad en el Mediterráneo oriental y en el occidental y recorrer la Edad Media en Europa, hoy me voy de visita por la Edad Media fuera de Europa: por todos esos territorios repletos de exotismo que nos rodean, desde Tombuctú al Próximo Oriente, el desierto de Gobi o Japón. ¿Apetecible, verdad?
Como ya sabes si has leído las entradas anteriores, no pretendo recoger aquí todas las obras publicadas sobre la Edad Media fuera de Europa, ni siquiera todas las que considero destacables. Solo pretendo recomendarte las que me han parecido memorables, de indiscutible calidad y, de paso, ofrecerte una guía de lectura de las grandes novelas históricas de la Edad Media. Seguro que hay muchas otras que son obras maestras que no están aquí. Si alguna de esas que falta es tu preferida, te agradecería que la mencionaras en los comentarios, para tratar de obtener, entre todos, una lista lo más amplia posible.
En cualquier caso, ten algo por seguro: cualquiera de las novelas históricas mencionadas aquí o en las demás entregas de la serie te hará pasar unas horas de deliciosa lectura. ¿Vamos a por ellas?
La tierra del Señor, de Taylor Cadwell
Gengis Khan es uno de los personajes más fascinantes que ha dado el mundo. Nacido en una pequeña y pobre tribu mongola, en pleno desierto de Gobi, acabó alcanzando la gloria gracias a su espíritu guerrero e indómito, dando origen a un dominio que se extendió sobre todo un continente. Pero ¿cómo llegó hasta ahí? Taylor Caldwell nos brinda la oportunidad de conocer el entorno en el que creció, su familia, en particular su muy influyente tío Kurelen, sus amigos y su primer ámbito de conquista: las mujeres. En una sociedad salvaje y de tradiciones atávicas, solo una personalidad tan arrebatadora como la de Genghis Khan podía llegar a las cimas de dominio y poder alcanzadas por el legendario mongol.
La primera novela histórica de la lista nos lleva al desierto de Gobi, nada menos, y a su hijo más conocido: Gengis Kan. Taylor Cadwell es sobradamente conocida, autora entre otras de La columna de hierro, una magnífica recreación de la época de Cicerón y los últimos años de la República romana. En la obra que hoy te comento lo borda: su Gengis Kan es un personaje complejo, contradictorio y muy humano, tan atractivo que te impide alejarte del libro un instante. Ni te lo pienses, si te atrae la época lo vas a devorar.
El médico, de Noah Gordon
La extraordinaria odisea de un joven médico en el siglo XI. Esta es la historia de una pasión. Es la crónica del increíble viaje del joven Rob Cole, de su lucha contra la enfermedad y la muerte, de su don místico para curar. Su sueño de convertirse en médico lo conduce desde la Inglaterra dominada por la brutalidad y la ignorancia hasta la sensual turbulencia de la remota Persia. Allí, en las universidades árabes, bajo la tutela del legendario maestro Avicena, ocurrirá la transformación que marcará su destino y el de su familia para siempre.
¿Qué te voy a contar de este libro que ya no sepas, a poco que hayas leído un puñado de novelas históricas? Se trata de uno de los mayores éxitos literarios del pasado siglo, una obra que conquistó para la novela histórica a miles de lectores de todo el mundo. Una lectura deliciosa que traslada al lector a dos mundos opuestos: la Inglaterra medieval y la Persia de la misma época. Y que, de paso, nos permite revivir las intensas luchas que enfrentaron al mito con la ciencia, a la búsqueda de conocimiento con las «verdades reveladas».
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Trilogía de las Cruzadas, de Jan Guillou
Mediados del siglo XII. Götaland occidental, norte de Europa. Arn Magnusson, hijo de una noble familia emparentada con los linajes reales noruegos y suecos, es enviado al monasterio de Varnhem, donde recibe la mejor educación espiritual y terrenal de su época por parte de los monjes cistercienses. Aprende también a manejar el arco y la espada, ya que los religiosos han comprendido que su destino probablemente no sea el de convertirse en hermano del monasterio, sino que será de mayor utilidad como soldado de Cristo y defensor de la fe en Tierra Santa.
A los diecisiete años, Arn regresa a su hogar y se ve envuelto en las intrigas de los pretendientes al trono de una Suecia destrozada por las luchas por el poder. Y cuando Arn conoce a la dulce Cecilia, se da cuenta de que este nuevo y peligroso mundo esconde otras sorpresas. Antes incluso de que pueda pedir su mano, el joven comete un terrible error que separará a la pareja y que le llevará a una guerra extranjera, en Tierra Santa, para combatir contra los infieles durante veinte años…
Desde las heladas tierras del norte de Europa hasta los sangrientos campos de batalla de Oriente Medio, Arn se enfrentará a feroces caballeros, a poderosas reinas y a reyes traidores.
De esta trilogía ya te he hablado en este bloc, así que allí te remito. En todo caso, se trata de una entretenida serie de aventuras y una acertada aproximación a dos mundos muy separados entre sí: la Europa nórdica y el Próximo Oriente. Una lectura muy interesante, que conjuga la épica con la reconstrucción histórica.
Los jázaros, de Marek Halter
Casualmente, un escritor judío, Marc Sofer, descubre una pista de un pueblo perdido, los jázaros, y de los vestigios que de ellos quedan tras la persecuciones estalinistas y el holocaustro. Simultáneamente, salta la noticia del atentado de un grupo autodenominado «Resurgir Jázaro» contra una petrolera rusa, y Sofer viaja al Cáucaso, donde realiza sorprendentes descubrimientos.
Paralelamente, la novela narra el ocaso de Jazaria. En el año 956, el sabio cordobés Isaac Ben Élizer es enviado al encuentro de los Jázaros, un pueblo convertido al judaísmo, con su propio estado.
La cultura jázara es uno de los misterios más sugestivos que nos ha legado la historia europea. Apenas nos han llegado rastros de un estado que a principios del siglo VIII se unió a turcos y bizantinos para luchas contra los persas y en el siglo VIII detuvo el embate de la invasión árabe. En algún momento del siglo IX, Jazaria se convirtió al judaísmo, por lo que fue el primer estado judío, mil años antes que Israel.
Una peculiar y muy interesante mirada a un pueblo prácticamente desconocido. No se trata, estrictamente hablando, de una novela histórica, pues la narración transcurre en dos planos temporales y salta entre la actualidad y el siglo X, pero el tema y la forma de tratarlo es tan interesante que no me resisto a incluirla aquí. Y, además, se lee como una emocionante novela de aventuras. ¿Qué más quieres?
El sitio de Constantinopla, de Mika Waltari
Tras una dura y cruenta lucha, en la primavera de 1453 los otomanos vencen a sangre y fuego la resistencia desesperada que opone la capital del Imperio bizantino. Entre los asediados destaca la figura del misterioso Giovanni Angelos, un hombre con un pasado misterioso, y tan temido como admirado por los nobles y generales de Constantino.
Waltari hace una descripción magistral de los últimos días de los personajes principales de la novela y del ambiente de la ciudad, destacando la historia de amor entre Giovanni y la orgullosa hija del megaduque Lucas Notara, Ana. A medida que avanza la novela iremos descubriendo también el gran secreto de Giovanni y los motivos por los que decide ir a Constantinopla aún a sabiendas que su caída es ya inevitable.
A Mika Waltari seguro que ya lo conoces, pues es el autor de una de las imprescindibles de la novela histórica: Sinuhé el Egipcio, que te recomendé al hablar de la Antigüedad. La novela que te traigo hoy es menos conocida, pero te recomiendo que no te la pierdas si te atrae la historia de uno de los asedios que han marcado el destino del mundo: Constantinopla, cuya caída supuso el fin del Imperio romano de Oriente. Una epopeya de resonancias épicas que Waltari describe con maestría. En el límite entre Europa y Asia, eso sí.
Shiké, de Robert Shea
Shiké, la obra maestra de Robert Shea, puede ser leída de muchos modos, pues por un lado es una intensa y conmovedora historia de amor, la que une a Jebu y Taniko, a partir de la cual se contraponen dos clases sociales y dos códigos de conducta muy distintos y difícilmente compatibles. Jebu es un joven shiké, un monje guerrero zinja, que sigue a su amada, casada con un cruel hombre, por todo el Japón, llegando a China. Por otra parte, Jebu se enfrenta a un monje mongol que llega a Japón para acabar con la estirpe de Jamuga, interviene en ambos bandos en la guerra entre las Takashi y los Muramoto y termina marchándose a China con el cabecilla de estos últimos, Yukio, para unirse a los chinos en la defensa contra los mongoles. A través de esta historia, en la que la política, las guerras entre estirpes y clanes y la religión desempeñan un papel destacada, Shea logra un amplio y vívido fresco del Lejano Oriente medieval.
Esta obra se publicó originalmente en 2 volúmenes: El último de los zinjas y Tiempo de dragones.
De Robert Shea ya te recomendé en la entrega anterior de esta serie su magnífica El sarraceno, y ahora te traigo su obra más conocida, que te encantará si te seducen Japón y los samuráis. Un libro que te sumerge en la cultura japonesa medieval y que, pese a sus más de mil páginas, consigue que te quedes con ganas de seguir leyendo...
El cerco, de Ismaíl Kadaré
«Escúchame bien —dijo el intendente en un tono más íntimo—: yo he tomado parte en muchos asedios, pero aquí —señaló con la mano en dirección a la fortaleza— va a tener lugar una de las matanzas más terribles de nuestro tiempo. Y tú debes de saber mejor que yo que de las grandes mortandades salen siempre grandes libros —aspiró profundamente—. Tú tienes en verdad la ocasión de componer una crónica bélica en la que pueda olerse la pez y la sangre, y no uno de esos cuentos repletos de florituras y urdidos al calor del hogar por unos mocosos que no han visto jamás una guerra ni siquiera de lejos». A principios del siglo xv las huestes otomanas avanzaban por los Balcanes hacia el corazón de Europa. La gente de Albania supo que su suerte estaba echada. Habían renunciado a negociar con el Imperio Otomano y la guerra era inevitable. El príncipe Jorge Castriota organiza la resistencia en nombre de la Cristiandad. La primera ciudadela en el camino de los turcos es asediada. La angustia se apodera de intramuros según se divisan en el horizonte los coloridos pendones otomanos y van tomando posiciones millares de guerreros en la llanura circundante bajo un sol de justicia. La sed, el hambre, el calor sofocante y las implacables embestidas de los temidos jenízaros teñirán sus muros de sangre y muerte. Kadaré, con una prosa precisa y lírica, no escatima recursos literarios para recrear con toda su crudeza los combates de la conquista otomana de Albania. El comienzo de una sucesión de guerras balcánicas que, con el peso de la religión de fondo, han llegado hasta nuestros días. Al mismo tiempo, el marco angustioso que perfila en El cerco actúa a modo de espejo metafórico de lo que fue Albania durante la Guerra Fría: un territorio aislado y solitario, con un particular régimen comunista que desató todo tipo de paranoias internas al sentirse cercado tanto por las potencias occidentales como por sus correligionarios vecinos del Este.
Otra novela de la que ya te he hablado en este bloc, y con razón, pues es extraordinaria. Tanto que te la menciono aquí aunque la acción transcurra en Europa... una Europa muy alejada mentalmente de la actual, eso sí.
Novela absorbente, narrada con maestría, que te arrastra al interior de un asedio, un escenario descrito con suma viveza y acierto, pero que habla sobre todo del ser humano, de sus grandezas y miserias.
El cruzado, de Stephen J. Rivelle
«Salgo hoy para unirme a las fuerzas de Raimundo, mi señor, en su gran peregrinación armada a Jerusalén. ¡Jerusalén! ¡La palabra ya resuena como una trompeta! ¡Cómo llama a las puertas de mi alma para que acuda a liberarla! Jerusalén, la ciudad santa, la ciudad de Dios...».
Narrada en la voz de su protagonista, El cruzado es una tensa crónica de la aventura más grande y descabellada de la Edad Media. Roger, deseoso de expiar sus pecados, acepta el sagrado compromiso de participar en una «peregrinación armada» a Tierra Santa. Sin embargo, la expedición no tarda en degenerar en una violenta campaña librada en medio del calor y del polvo, minada por la traición, el engaño y la codicia.
Basadas en el sueño de la fe y zarandeadas por la cruenta realidad, las Cruzadas constituyeron un abigarrado tapiz de intereses espurios,sueños de grandeza, apetitos inconfesables, fundamentalismo religioso y desenfrenada sexualidad. Y esta magnífica novela lo recrea magistralmente.
Otra sobre las cruzadas, que por algo es uno de los episodios más tratados por la novela histórica. En este caso se trata de una de las grandes novelas clásicas sobre la cuestión, una obra maestra que desnuda la codicia y la brutalidad que tan a menudo se esconden detrás de la fe. Imprescindible.
El arquitecto de Tombuctú, de Manuel Pimentel
«Poeta soy, y la arquitectura es la poesía del barro y la piedra. Por eso, al igual que canto y recito, algún día os levantaré palacios y mezquitas...». En el año 1337, el granadino Abu Isaq Es Saheli llega a la ciudad de Fez como embajador de Kanku Mussa, emperador del Reino de los Negros. Tras ser recibido con todos los honores, es víctima de un complot contra su vida. En venganza, Fez declara la guerra a Tremecén, con el control de las rutas de caravanas como objetivo encubierto. Mientras se recupera, Es Saheli escribirá su propia Rihla, el relato de su vida de caminante: su infancia como hijo del alamín del gremio de los perfumeros de Granada, su atormentada juventud, el pronto éxito y los excesos de la bohemia, el doloroso exilio del reino nazarí, su viaje a El Cairo, su paso por Damasco, Bagdad, Yemen y La Meca, su pasión por la arquitectura egipcia? Hasta desembocar en su principal legado: la construcción de la gran mezquita de Tombuctú.
La vida de Es Saheli es tan apasionante como la de León el Africano y otros genios medievales. Con El arquitecto de Tombuctú, Manuel Pimentel ha firmado mucho más que una brillante novela histórica, ya que sus páginas son toda una invitación a dejarse inundar por las fragancias, las pasiones y el espíritu de Al Andalus y el misterio sereno de África. Además, esta lectura nos da a conocer al padre del arte sudanés, el poeta granadino cuyas construcciones han servido de inspiración a otros genios como Antoni Gaudí y Miquel Barceló..
Termino por ahora con una novela de esas novelas que nos descubren mundos y que nos atrapan con la fuerza de la palabra. Una lectura que nos permitirá además asomarnos a un personaje completamente desconocido por estos lares, pese a ser oriundo de Granada y, a través de él, al mundo musulmán de finales de la Edad Media.
Hasta aquí hemos llegado... por ahora. Seguiré incorporando títulos que crea que merecen la pena a medida que los vaya devorando. Y la próxima entrega, la Edad Moderna. ¡Seguimos avanzando!
¿Y a ti, qué novelas sobre esta época te han encantado?
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