Si llevas un tiempo por aquí, ya sabrás que en septiembre de 2020 me embarqué en una pequeña aventura: atravesar Galicia en diagonal, desde Ribadeo hasta A Guarda, a pie. Lo de andar siempre me tiró, y después de un año encerrado en casa por la maldita pandemia tenía, como todos, una necesidad urgente de espacios al aire libre, de esfuerzo y ejercicio. Y fue una experiencia de lo más interesante que ya tengo ganas, muchas ganas, de repetir y ampliar.
Lo bueno de ser escritor —en fin, una de las cosas buenas— es la manía de escribirlo todo, de dejar testimonio escrito de las experiencias que me marcan. Entre otras razones porque hacerlo me obliga a reflexionar sobre lo vivido y me permite analizarlas con perspectiva. Y también me regala la memoria de mis propios viajes: releyendo lo escrito en antiguos viajes —como me sucede, por ejemplo, con el libro de Viaje al interior, en el que conté mi viaje de 80 días por la España olvidada— me asalta el recuerdo de experiencias que se me habían borrado de la memoria.
Estos meses, ya te lo imaginarás, estoy enfrascado en la escritura de un libro en el que cuento el viaje a pie a través de Galicia. Y, mientras lo hago, devoro libros de otros viajeros para aprender de ellos, para ver cómo contaron esto o aquello y para disfrutar de sus experiencias. Es una magnífica forma de ver el mundo a través de otros ojos y de revivir, en cierta forma, mi propio viaje.
Y de ahí la entrada de hoy: de los muchos libros que llevo devorados sobre viajes a pie he seleccionado un puñado de ellos, aquellos que me han parecido más interesantes. Algunos son verdaderas obras maestras narrativas, otros son el relato de experiencias tremendas y otros hablan de paseos cercanos, de senderos domesticados y humildes, como los que yo recorrí en mi propio viaje.
Unos pocos son viejos y estupendos amigos de los que ya te he hablado antes, como Los senderos del mar de María Belmonte, Salvaje, de Chery Strayed o Libre y salvaje, de Ignacio Dean; otros son recién conocidos, pero que se quedarán a vivir en mi casa. Y todos tienen algo en común: son experiencias profundamente enriquecedoras que te harán disfrutar... sin salir de casa. Espero que los disfrutes a fondo.
Salvaje, de Cheryl Strayed
Con veintidós años, Cheryl Strayed creía que lo había perdido todo tras tomar la decisión de separarse y acercarse demasiado al mundo de las drogas. Su familia se había dispersado tras la muerte de su madre cuatro años antes y ella se había quedado sin pilares sobre los que construir su vida. Sin ninguna experiencia en senderismo, toma la decisión más impulsiva que hubiera tomado jamás: recorrer el Sendero del Macizo del Pacífico, una ruta que bordea toda la Costa Oeste de los Estados Unidos, desde el desierto de Mojave en California y Oregón al estado de Washington. Y decide hacerlo completamente sola.
Adaptada al cine, con Reese Witherspoon en el papel de Strayed, en Salvaje su autora consigue emocionarnos con un viaje que dio forma a su vida contra toda expectativa, un viaje que la volvió loca, que la fortaleció y que acabó por sanarla.
Caminando el Amazonas, de Ed Stafford
El relato de un audaz viaje de 860 días a lo largo del Amazonas. Ed Stafford, Aventurero del Año de National Geographic, posee un récord Guinness por su tenacidad y coraje (¡y por sus pies!). Ed comenzó a participar en expediciones mundiales tras retirarse del ejército británico con el grado de capitán en el año 2002. Cuando no dirigía viajes, trabajaba con las Naciones Unidas en Afganistán como asistente de la primera campaña presidencial en ese país. Antes de este viaje, Ed colaboró con la BBC en su serie conservacionista La tierra perdida del jaguar. En agosto del 2010 se convirtió en el primer hombre en recorrer a pie todo el río Amazonas, la mayor parte en compañía del trabajador forestal Gadiel «Cho» Sánchez Rivera. Este es el relato de un viaje imposible... que, sin embargo, se hizo.
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Los senderos del mar, de María Belmonte
Acompañada de Aristóteles, Goethe, Victor Hugo, Darwin, Jane Austen y tantos otros escritores, pintores o aventureros, la autora nos invita a realizar una travesía por la costa vasca. Un viaje sentimental a los lugares de la adolescencia se transforma en una exploración de los viejos caminos costeros, un recorrido por la historia humana y geológica, grabada de un modo particularmente revelador en los paisajes y las piedras de la costa, el primigenio umbral donde se encuentran dos mundos. Un texto inspirador que nos propone observar la naturaleza y deleitarnos en ella, contemplar los matices de la vida en estado puro y sentir su hondo latido.
El peor viaje del mundo, de Apsley Cherry-Garrard
Las memorias de los tres años de expedición del capitán Scott al Polo Sur narradas por Apsley Cherry-Garrard, quien sobrevivió a las extremas y duras condiciones.
La exploración polar es la forma más cruel y solitaria imaginable. El explorador británico Apsley Cherry-Garrard nos lo cuenta a través de sus vivencias en la expedición del capitán Scott al Polo Sur (1910- 1913), en la que este y cuatro de sus hombres hallaron la muerte.
Esa expedición estuvo marcada por el infortunio desde el comienzo, cuando, en una etapa previa, Cherry-Garrard y otros dos hombres, al borde de la congelación y la locura, consideraron entonces la posibilidad de fenecer. El itinerario hacia el Polo, más terrible aún, se vio además ensombrecido por la noticia de que el noruego Roald Amundsen se les había adelantado por solo unas semanas. A partir de las anotaciones que dejó Scott y, sobre todo, de su propia experiencia, Cherry-Garrard reconstruye en este libro aquellos tres años de penalidades y heroísmo.
Libre y salvaje, de Ignacio Dean
«El sentido de la vida es luchar por nuestros sueños, y este viaje nace de un sueño: dar la vuelta al mundo caminando. ¿Por qué a pie, y no en moto, en bici o en furgoneta? Porque, como dijo alguien una vez, yo quería el pastel entero y no solo una porción, una aventura con mayúsculas, mi canto a la vida y a la libertad.»
Nacho Dean es un joven de 35 años que ha cumplido un sueño: ser el primer español en la historia en dar la vuelta al mundo a pie. En tres años ha atravesado 4 continentes y ha recorrido 33.000 km. Durante el camino presenció un atentado terrorista en Bangladesh, escuchó dingos aullando alrededor de su tienda de campaña en Australia, le intentaron asaltar con machetes miembros de las maras en El Salvador, estuvo frente a un rinoceronte en las junglas de Nepal, contrajo la fiebre chikungunya en México, probó la ayahuasca en Perú…
En su viaje ha sentido la soledad y la plenitud de estar vivo, ha experimentado la aventura y el peligro, ha conocido gente maravillosa pero también vándalos que pusieron en riesgo su vida, ha visto con sus propios ojos que vivimos en un hermoso planeta que merece la pena cuidar y, sobre todo, que con pequeños pasos se puede llegar muy lejos.
Un paseo por el bosque, de Bill Bryson
Con casi 3.500 km de longitud, el sendero de los Montes Apalaches es el camino pedestre más largo del mundo. Discurre por el Este de Norteamérica a lo largo de catorce estados, desde Maine hasta Georgia, y atraviesa algunos de los paisajes más indescriptiblemente bellos del continente. Sin apenas experiencia en senderismo, desafiando las adversidades meteorológicas y geográficas, y menoscabando el peligro de una fauna hostil (desde el improbable oso americano hasta el amenazado mejillón de agua dulce), el socarrón Bill Bryson decide emprender el camino acompañado únicamente de su ácida capacidad descriptiva, una mochila cargada de cosas inútiles y su tosco amigo Katz, cuya forma física es incluso más lamentable que la suya propia. Autor de numerosos títulos de éxito, Bryson demuestra en tono humorístico que la descripción naturalista y el retrato de costumbres pueden convivir perfectamente con la sátira, la militancia medioambiental y la crítica mordaz al sistema en el que vivimos.
Las viejas sendas, de Robert Macfarlane
Esencialmente dedicado al acto de caminar, el libro nos recuerda la especial relación que, a través de ese movimiento, establecemos con el paisaje, y con todos los que nos han precedido en dejar sus huellas sobre los campos, o las estelas de sus embarcaciones en los océanos. Nos invita a reflexionar no solo sobre la forma en que nos desplazamos, sino sobre nuestro modo de mirar, de sentir y de relacionarnos con el medio, el arte y la naturaleza. Macfarlane dedicó tres años a recorrer rutas ancestrales por todo el mundo, a lo largo de cañadas, veredas, vías de peregrinación, antiguas rutas marinas y sendas que datan de época prehistórica, por Inglaterra, Escocia, Palestina, el Himalaya y España. El poeta inglés Edward Thomas es la figura espiritual que le sirve de guía en dichas travesías, y el libro que tiene en sus manos el resultado de su poética y personalísima investigación, que insufla de vida un género literario en su totalidad.
El tiempo de los regalos, de Patrick Leigh Fermor
A finales de 1933, a punto de cumplir diecinueve años, Paddy Leigh Fermor se cargó la mochila a la espalda y emprendió un viaje iniciático que le llevaría desde su Londres natal hasta Estambul, cruzando a pie el corazón de una Europa milenaria por la que entonces empezaba a extenderse la sombra del nazismo. El vital y despreocupado viaje significaría para el joven Leigh Fermor dar ese paso tan trascendental de la adolescencia a la edad adulta. Más de cuarenta años más tarde, con la participación activa en una guerra mundial y una vida a cuestas, el sexagenario Leigh Fermor quiso plasmar por escrito aquella experiencia única. Fruto de ese deseo son El tiempo de los regalos y Entre los bosques y el agua, dos magníficos libros en los que plasma diferentes etapas de aquel itinerario repleto de bosques, paisajes, castillos, pueblecitos y una multitud de personas de la más diversa clase y condición. Teñidos de una leve pero inequívoca melancolía y narrados con la sabiduría que dan los años, El tiempo de los regalos y Entre los bosques y el agua son dos excepcionales joyas literarias únicas en su género que se complementan con El último tramo, en el que narra el final de su viaje.
Elogio del caminar, de David Le Breton
Caminar es una evasión de la modernidad, una forma de burlarse de ella, de dejarla plantada, un atajo en el ritmo desenfrenado de nuestra vida y un modo de distanciarse, de aguzar los sentidos. David Le Breton mezcla en Elogio del caminar a Pierre Sansot y a Patrick Leigh Fermor, pero también hace que Bashô y Stevenson dialoguen sin preocuparse por el rigor histórico, pues el propósito de este exquisito libro no radica ahí, se trata solamente de caminar juntos, de intercambiar impresiones, como si estuviéramos en torno a una mesa en un albergue al borde del camino, por la tarde, cuando el cansancio y el vino nos hacen hablar...
El desvío a Santiago, de Cees Nooteboom
Aunque este no es un libro de viajes a pie, sino una recopilación de textos de viajes, lo he incluido aquí porque es sin duda excepcional y permite conocer uno de los grandes itinerarios de los caminantes: el Camino de Santiago.
Un viaje apasionante por el corazón de España. Un inteligente libro de viajes de un espléndido autor holandés enamorado profundamente de España y dueño también de una erudición poco común. Cees Nooteboom encarna al viajero que siempre se deja tentar por los caminos laterales, y aunque su destino es Santiago de Compostela, se detiene en Aragón, pasa por Granada, busca en Soria el ábside de una iglesia, hace escala en la isla de la Gomera o en los pasillos vacíos del museo del Prado. También su prosa se desvía y se interna por gozosas digresiones, a veces literarias, a veces políticas, irónicas, eruditas o melancólicas. Hay en su mirada un asombro que transfigura la realidad y convierte esta obra en una minuciosa guía para recorrer el corazón de España.
Sin duda, me he dejado muchos grandes libros, no podía ser de otro modo, pero para eso estás tú: ¿qué gran libro echas de menos, cuál crees que debería figurar también en esta relación?
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