Desde que existe Google Maps nos hemos quedado sin viajes. Entiéndeme, es una herramienta asombrosa, excepcional, pero no me niegues que nos ha robado buena parte de la fascinación que producían los viajes. Ahora, antes de subir al avión podemos pasear virtualmente por las calles que vamos a visitar, recorrer sus ciudades, ver sus monumentos e, incluso, entrar en sus edificios. ¿Dónde queda el misterio, la ilusión por conocer algo nuevo, de dejarnos sorprender por tierras y paisajes exóticos?
¿Recuerdas cuando preparábamos los viajes con guías de papel y nuestra cabeza volaba imaginando cómo sería el país al que nos dirigíamos y del que apenas teníamos un poco de información? Todo eso se ha ido, como se fueron incluso antes los monstruos marinos y las terras incognitas de los mapas.
Aunque hoy parezca difícil de concebir, hubo un tiempo en que el globo terráqueo no era esa pequeña y familiar bola que aparece en nuestras pantallas al abrir Google Earth, sino un inmenso y misterioso espacio repleto de maravillas. Un espacio que, poco a poco, fue siendo explorado, conquistado y domeñado por gentes bravas, locas, intrépidas y, en muchas ocasiones, también sanguinarias.
Menos mal que nos queda la literatura y que, a través de las páginas de los libros, podemos revivir todas esas aventuras asombrosas que deparó la exploración y conquista del mundo. Si quieres sentir la fascinación de descubrir el mundo, estas son tus lecturas...
Los navegantes, de Edward Rosset
Los Navegantes relata una de las epopeyas más fascinantes de la historia naval española, una hazaña que enfrentó a los españoles con la Corona portuguesa por las rutas de extremo Oriente. Mediante la colorista y muy documentada narración de las aventuras de los cuatro marinos que, sucesivamente, intervinieron en ella (Magallanes, Elcano, Urdaneta y Legazpi), Edward Rosset expone en toda su dimensión un episodio heroico de la historia de España y reivindica a unos hombres que se enfrentaron a las circunstancias más difíciles que imaginar se pueda en unos momentos, además, políticamente delicados.
Te dejo una reseña publicada en Hislibris.
Las páginas del mar, de Sergio Martínez
A finales de la primavera de 1519, un joven montañés y su hermano de quince años llegan a Sevilla. En las tabernas de la hermosa y vibrante ciudad del sur, los muchachos escuchan con avidez los rumores sobre las expediciones que están preparándose en ese momento.
En una de ellas nadie quiere participar. El destino son las islas de las Especias, en el mar de la India, de donde proceden el clavo de olor y la nuez moscada que se pagan a precio de oro en los mercados europeos. Solo los portugueses comercian con ellas, ya que controlan la única ruta marítima conocida para llegar a las islas: la que va por el este. Sin embargo, un marino ha ofrecido al rey Carlos I buscar otra vía: por el oeste, bajando la costa del Nuevo Mundo hasta dar con un paso que les conduzca al mar del Sur. Embarcarse en esa expedición es una auténtica locura. Aunque tal vez sea la única oportunidad de los dos hermanos para borrar su pista, dejar atrás el pasado y emprender una nueva vida.
Te dejo una reseña publicada en La historia en mis libros.
La aventura equinoccial de Lope de Aguirre, de Ramón J. Sender
La aventura equinoccial de Lope de Aguirre, basada en la histórica antiepopeya de la expedición capitaneada por un vasco a lo largo del Amazonas, ofrece un amplio y variado espectro de caracteres a la búsqueda de un imposible. El mítico El Dorado se convierte en el centro vital de unas mentes estremecidas y agitadas que luchan conta sí mismas y contra el universo, plasmado en una tierra indomable, la selva del Marañón, y en unos monarcas lejanos que recuerdan al dios del abandono. Un discurso exuberante, pleno de matices, ayuda a recrear la atmósfera sobrehumana de la tarumba equinoccial.
Te dejo una reseña en Hislibris.
La pérdida del Paraíso, de José Luis Muñoz
La pérdida del Paraíso es una trilogía sobre el descubrimiento de América. Está formada por tres volúmenes:
Guanahaní relata la primera expedición de Colón al Nuevo Mundo. Buscando una nueva ruta hacia las Indias, Cristóbal Colón y su expedición pisan por primera vez tierra americana en Guanahaní, y se inicia de esta forma una de las más grandes epopeyas de la civilización occidental. Sabemos de la belleza natural que les deslumbró, de las insólitas costumbres (empezando por su desnudez) que hallaron en los pueblos indígenas y del descubrimiento de un nuevo mundo, a la vez mágico y amenazante. Pero poco sabemos de las disputas entre los tripulantes, de sus conspiraciones, de sus temores y de sus deseos incontrolados.
El fuerte Navidad cuenta cómo, en enero de 1493, Colón vuelve a España para anunciar su descubrimiento a los Reyes Católicos y deja a treinta y nueve de sus hombres en el fuerte Navidad, en la isla de la Hispaniola, y cómo pronto los desmanes hacen mella entre la primera población española del Nuevo Mundo.
Caribe , el tercer volumen, narra cómo tras el desastre del Fuerte Navidad, en el que fueron muertos todos los suyos, Marín de Urtubia considera rotos los puentes que le unen a España y vaga sin rumbo por las selvas de la Hispaniola en compañía de su amada Canayma.
Rojo Brasil, de Jean-Christophe Rufin
Ruán, Francia, 1555. En un intento de rivalizar con los portugueses y su política colonial, una expedición francesa zarpa hacia el Nuevo Mundo con la intención de establecerse en Brasil. A bordo, una tripulación heterogénea entre la que se halla Just y Colombe, dos niños enrolados a la fuerza para que sirvan de intérpretes antes las tribus indias.
La expedición, liderada por el almirante Nicolas de Villegagnon, desembarca meses más tarde en una isla de la bahía de Guanabara, frente al actual Río de Janeiro. En estas tierras vírgenes, el quijotesco caballero Villegagnon, anclado en sueños de grandeza patriótica, se enfrentará a una ardua misión en su deseo de afianzar la colonia, pues deberá lidiar con indígenas y bandidos, pero también con sus propios hombres: la controversias teológicas entre católicos y protestantes evidencian diferencias insalvables.
Te dejo una reseña en El País.
Las islas de la felicidad, de Jose Luis Olaizola
En los tiempos de Juan Sebastián Elcano, cuando las coronas de los reinos se disputaban la supremacía de los mares y de los nuevos territorios conquistados, un joven navegante guipuzcoano, Andrés de Urdaneta, se enroló en una temeraria aventura que duraría once años, y le permitiría descubrir la que iba a convertirse en una de las rutas comerciales más importantes del mundo, la ruta de las especias.
Las islas de la felicidad constituye una crónica de esta magnífica peripecia y relata sus venturas y desventuras de la mano de Martín de Andonegui, un novicio expulsado de su orden por su afición al juego y otros vicios quien, para salvar su pellejo, se vio envuelto este viaje inolvidable.
Te dejo una reseña en el blog Qué leo hoy.
Las islas de la imprudencia, de Robert Graves
Graves se centra en esta ocasión en la expedición encabezada por Álvaro de Mendaña (cuyo propósito era descubrir Australia y colonizar las islas de los Mares del Sur) y en el hallazgo de las islas Marquesas y las Salomón. Al margen de la pugna entre la armada británica y la española, uno de los temas mejor reflejados en la novela es la audacia y valentía de los hombres de mar de la época, y lo que singulariza esta expedición es que, a la muerte de Mendaña, quien se hizo cargo de la expedición fue una mujer extraordinaria que apenas ha dejado huella en la historia, Isabel Barreto. De nuevo, Graves ha recuperado un episodio oculto de la historia que sobretodo deleitará al lector español.
Te dejo una reseña en el blog No solo leo y otra en Terra Incognita.
El Terror, de Dan Simmons
En 1847, dos barcos de la Armada británica, el HMS Erebus y el HMS Terror, que navegaban bajo el mando de sir John Franklin, están atrapados en el hielo del Ártico. En su anhelada busca del paso del Noroeste, parecen haber fracasado. Sin poder hacer nada por continuar su marcha y completar su expedición, rodeados del frío polar y de inminentes peligros, sólo pueden esperar a que llegue el deshielo que les permita escapar.
Poco a poco, los días van pasando y las condiciones de supervivencia se vuelven más extremas; temperaturas que superan los cincuenta grados bajo cero, provisiones de comida escasas, el deterioro de los barcos o la llegada de enfermedades van mellando la esperanza de la tripulación.
Por si fuera poco, la extraña presencia de una criatura bestial y misteriosa hace que los hombres crean que se enfrentan no sólo a las condiciones naturales más adversas, sino también a fuerzas sobrenaturales que superan, por momentos, sus creencias y su razón. Con el tiempo y la llegada de las primeras muertes, fantasmas como el de la rebelión, el motín o el canibalismo hacen su entrada en escena, en un panorama desolador.
Basada en hechos reales, El Terror es una magnífica novela en la que Dan Simmons consigue que el lector se sienta, aterido, uno más de los tripulantes extraviados en el Polo.
Te dejo con las opiniones de los lectores en Lecturalia.
Pasaje al noroeste, de Kenneth Roberts
El protagonista de esta novela es el creador de los Rangers, el oficial Rogers, que en Estados Unidos es una de las figuras más célebres de las guerras contra franceses e indios, pero la atención se centra también en Langdon Towne, un pintor que pretende captar los modos de vida de los indígenas antes de que estos desaparezcan.
A través de los ojos del pintor asiste el lector a la pericia vital de Rogers, quien está empeñado en encontrar un paso al Pacífico por el noroeste y para ello emprende una impresionante expedición que le expone a él y a sus hombres a las más emocionantes aventuras.
Mediante este relato, asuntos como las costumbres de los indígenas, el carácter tempestuoso de Rogers y la dureza del medio van cobrando protagonismo y contribuyen a dotar de densidad a una emocionante novela histórica de aventuras.
Te dejo con una reseña en Hislibris.
Lorenzo Ferrer Maldonado. El misterio del paso del noroeste, de Carlos Alonso Mendizábal
Novela histórica basada en la apasionante biografía del capitán de mar que descubrió el paso entre los océanos Atlántico y Ártico. Tras la desaparición del descubridor, la pista del ansiado estrecho quedó olvidada en los archivos reales hasta que Alejandro Malaspina recibió el encargo, de parte del rey de España, de localizar el famoso paso antes de que lo hicieran los ingleses o franceses, pero no consiguió encontrarlo.
No fue hasta 1905, cuando el noruego Roald Admunsen encontró de nuevo la entrada del Paso del Noroeste mientras buscaba el esquivo Polo Norte Magnético. ¿Quién era ese capitán cuya gesta trescientos años mas tarde todavía nadie había repetido? Aunque no se dispone de una continuidad cronológica de datos históricos, el autor ha suplido estas carencias con hechos imaginados que terminan de configurar la vida apasionante de un verdadero hombre del Renacimiento. Guadix, Mesina, Lepanto, Flandes, Sevilla, Granada, Cartagena de Indias, Filipinas, Cuba, Cádiz, Aveiro y los mares fueron los escenarios donde escribió las páginas de una azarosa y emocionante vida, llena de aventuras. Lorenzo Ferrer Maldonado es una amena novela que trata de la única biografía del descubridor del Paso del Noroeste en el año 1598, durante los reinados de Felipe II y Felipe III.
Bajo la estrella Polar, de Stef Penney
Flora Mackie cruzó por primera vez el Círculo Polar Ártico a la edad de doce años. En 1889, esta hija de un capitán ballenero de Dundee (Escocia), apodada por la prensa «La Reina de las Nieves», se propuso convertirse en científica y exploradora. Tras luchar con ahínco para hacerse respetar, su determinación y una serie de circunstancias fortuitas la conducen de nuevo al norte de Groenlandia al frente una expedición británica, pese a que muchos opinan que no hay lugar para una joven en ese inhóspito mundo dominado por hombres.
El geólogo Jakob de Beyn nació y se crio en Manhattan. Deseoso de ampliar sus horizontes, se une a una expedición rival encabezada por el ambicioso Lester Armitage. Será en el Ártico donde su camino y el de Flora se crucen fatídicamente.
Flora, Jakob y Armitage comparten una pasión obsesiva por el Polo Norte, una región en la que se dan los contrastes más violentos: la noche perpetua y el día infinito; el mar helado y las praderas costeras; la deslealtad y el heroísmo. En su afán implacable por liderar la exploración del Ártico, Armitage conduce a sus hombres a una misión cuyo trágico desenlace seguirá dando que hablar durante años.
Te dejo un comentario en el blog Novelas Históricas.
Hacia los confines del mundo, de Harry Thompson
Brillante oficial de la armada, FitzRoy es nombrado capitán del Beagle con tan solo veintitrés años de edad. Aunque su misión es cartografiar las costas de Tierra del Fuego, alberga otros proyectos igual de ambiciosos: demostrar la igualdad de los hombres de distintas razas, tesis contraria al espíritu de la época, y ratificar la teoría del origen del mundo tal como lo describe el libro del Génesis.
En otoño de 1831, FitzRoy admite a bordo del Beagle al joven Charles Darwin, de veintiún años y aspirante a clérigo, que lo acompañará en la famosa expedición que conmocionaría el mundo. Pese a sus diferentes temperamentos, una sincera amistad unirá a los hombres, que comparten una idéntica pasión por la ciencia. Ambos persiguen denodadamente la verdad, aunque no tardan en comprobar que su concepto de verdad es radicalmente opuesto. Mientras FitzRoy defiende sus creencias religiosas y el «orden natural de las cosas», Darwin madura la teoría que lo haría famoso.
Te dejo con una reseña en el blog La Cuesta de Moyano.
La boca del Nilo, de León Arsenal
En el año 60 o 62 de nuestra era, el emperador Nerón envió una expedición al corazón de África, siguiendo el curso del río Nilo. Quedan muy pocos registros sobre tal aventura, lo cual en sí mismo es sorprendente, ya que llegó mucho más lejos de lo que una expedición europea llegaría en 2000 años.
Séneca la registra en su libro Cuestiones Naturales, y da fe de que llegaron a lo que consideraron las fuentes del Nilo. Plinio el Viejo atestigua que realizaron una embajada en el reino de Meroe y que en la expedición había pretorianos, algo de lo más extraño.
A partir de esos pocos datos, León Arsenal fabula sobre la expedición, con un manejo de los espacios y los tiempos tan ajustado como difícil de conseguir. Construye también un retablo de personajes de la época, entre los que cobran protagonismo especial los dos jefes de la expedición: el prefecto Tito y el tribuno pretoriano Emiliano. Ambos, además, cierran un triángulo con la sacerdotisa nubia Senseneb, enviada por sus reyes para acompañar a los expedicionarios.
Te dejo con una reseña en Comentarios de Libros.
¿Has leído alguna? ¿Conoces otras novelas sobre la exploración y conquista del mundo?
¡Espera, no te vayas todavía! ¿Te ha interesado este artículo? Regístrate aquí para recibir las próximas entradas y novedades en tu correo.
|