Sigo con mi peculiar viaje literario alrededor del mundo. Tras repasar los autores más destacados de África, la India, Japón y Oceanía, toca visitar un territorio tan inmenso como desconocido, más allá de tres o cuatro tópicos: la Rusia contemporánea.
Sí, especifico e insisto: la Rusia contemporánea, la de hoy mismo y también, por qué no, la del futuro. La del pasado, la de los hermanos Karamazov y Anna Karenina, la de los zares y los campesinos, la conocemos bien. De hecho, basta pronunciar las palabras «literatura rusa» para que nos vengan a la cabeza un buen montón de nombres archiconocidos: Gógol, Pushkin, Tolstói, Dostoyevski, Turguénev... Incluso sin esforzarnos mucho recordaremos dos o tres autores de la época comunista, como Nabokov (aunque este vivió fuera) o Solzhenitsyn.
Pero el tiempo pasa y los escritores, maniáticos ellos, siguen escribiendo. Así, casi por despiste, los rusos han atravesado una revolución bolchevique, dos guerras mundiales, una guerra fría, una perestroika y un período de lo que quiera que sean ahora, que llamarlo democracia cuesta. Y todo eso ha dejado su rastro en la forma de ser y en la literatura de Rusia.
¿Cómo es la Rusia de hoy en día, o al menos cómo la ven sus escritores? Esta semana te traigo una selección de obras para aproximarnos a la Rusia más actual, la de la guerra de Chechenia y la de las distopías más alucinantes, la del día a día y la del futuro. ¿Me acompañas en este nuevo viaje literario?
La guerra más cruel, de Arkadi Bábchhenko
«Siempre pensé que la guerra era en blanco y negro, pero es en color». Esta reflexión esconde un sentimiento aterrador, sobre todo para alguien que a los dieciocho años es obligado por su gobierno a intervenir en una contienda cruel e inhumana, como todas: la guerra de Chechenia. Arkadi Bábchenko volvió, pero convertido en una persona distinta. La necesidad de superar aquel horror sin caer en la locura le impulsó a dejar testimonio de lo sucedido en una serie de relatos duros, amargos, crueles. Con una sensibilidad literaria extraordinaria que sectores de la crítica han calificado como lo mejor de la literatura rusa contemporánea, Bábchenko reúne en este volumen una serie de relatos sobre su experiencia en la guerra de Chechenia. De ese trágico descenso a los infiernos surgió un escritor cuyo primer libro se sitúa ya en la tradición de Sin novedad en el frente de Erich Maria Remarque o Trampa 22 de Joseph Heller.
Patologías, de Zajar Prilepin
Yegor Tashevski forma parte de una de las temidas unidades de las Fuerzas Especiales del Ejército ruso destinadas a Chechenia. Ha recibido la instrucción necesaria para llevar a cabo las operaciones más arriesgadas con eficacia y coraje, y sin embargo la primera visión de una Grozni arrasada y desprovista de vida aparente, y la posibilidad de que en cualquier parte aparezcan guerrilleros chechenos, suscita en Yegor un miedo asfixiante que se filtra en todos sus pensamientos.
Junto a sus compañeros, los «cazadores» más eficaces del ejército ruso, Yegor se verá muy pronto inmerso en una guerra de guerrillas que lo convertirá en presa de un enemigo invisible y lo enfrentará a otra amenaza, tal vez, peor: la locura. Patologías no es una novela ideológica, no analiza los motivos o intereses que llevaron a unos y otros a la guerra de Chechenia. Es el crudo y estremecedor testimonio de alguien que participó, y salió vivo, de un conflicto devastador que no parece tener fin.
Sóniechka, de Liudmila Ulískaya
Sonia, una chica judía poco agraciada, confiere a los personajes de ficción la misma categoría que a las personas. En Sverdlovsk, donde trabaja en una biblioteca, conoce al pintor Víktorovich, que ha viajado mucho por Europa y cumplido varios años de reclusión en un campo de trabajo soviético. Siguen años de felicidad conyugal coronada con el nacimiento de la hija de ambos, Tania.
El interés de Sóniechka hacia la literatura se desvanece; la familia, las labores de la casa, ocupan ahora su vida. Esa felicidad se verá truncada con la aparición de una amiga de Tania, Yasia, de la que Víktorovich quedará prendado. Sóniechka, movida por sus instintos maternales, ofrece a Yasia, huérfana, que se instale en su casa, sin sospechar que se convertirá en el último amor de Robert Víktorovich... Un amor que a ratos será un sorprendente triángulo amoroso.
Sóniechka es una narración sutil sobre el destino de una mujer corriente, a través del cual leemos la historia de la Rusia del siglo pasado: el régimen soviético y su desmoronamiento. Una novela que en Francia obtuvo el Premio Médicis.
Metro 2033, de Dmitry Glukhovsky
Estamos en el año 2033. Tras una guerra devastadora, amplias zonas del mundo han quedado sepultadas bajo escombros y cenizas. También Moscú se ha transformado en una ciudad fantasma. Los supervivientes se han refugiado bajo tierra, en la red de metro, y han creado allí una nueva civilización. Una civilización diferente de todas las que habían existido con anterioridad.
Este libro narra las aventuras del joven Artjom, un muchacho que abandona la estación de metro donde ha pasado buena parte de su vida para tratar de proteger a la red entera contra una siniestra amenaza. Porque estos últimos hombres no están solos en el subsuelo…
Metro 2033 es el inicio de una apasionante trilogía distópica que continúa con Metro 2034 y Metro 2035.
Una edad difícil, de Anna Starobinets
Anna Starobinets (1978) es la autora más destacada de la nueva generación de escritores rusos de ficción fantástica, alabada por la crítica desde la publicación de su primer libro, este que hoy os traigo. Licenciada en Filología por la Universidad Estatal de Moscú, Starobinets ha trabajado para algunos de los principales periódicos rusoa como crítica, reportera y editora de cultura. En la actualidad ejerce el periodismo en el prestigioso Russki Reporter.
Una edad difícil, primer libro de la autora más importante de la ficción fantástica rusa, es una compilación de una nouvelle y siete relatos cortos; oscuro y fantasmagórico, es un libro inolvidable. Con esta colección de relatos perturbadores, fantásticos y terroríficos, Starobinets se desvelacomo una especialista en mostrar al lector las zonas discordantes de nuestro mundo, destacando a lo siniestro de nuestro día a día.
El hielo, de Vladimir Sorokin
Una espeluznante combinación de thriller apocalíptico y alegoría contemporánea que arremete contra el fanatismo y la atonía social.
Una ola de brutales asesinatos sacude Moscú. Los cadáveres aparecen con el tórax destrozado y el corazón aplastado, y el único nexo aparente entre las víctimas es su aspecto físico: todos son rubios y de ojos azules.
En una ciudad dominada por bandas criminales y empresarios sin escrúpulos, un grupo misterioso ha puesto en marcha un siniestro plan: su objetivo es encontrar a sus 23.000 hermanos perdidos. Necesitan dar con ellos para despertarlos y liberarlos. ¿Cómo? Con unos martillos de hielo, cuyas cabezas heladas son los restos del extraño meteorito caído en Tugunska en 1908. Solo una pequeña minoría consigue renacer después de que sus corazones extraídos del pecho pronuncien las palabras del «hielo».
La vida de los insectos, de Víktor Pelevin
Un domingo por la tarde, a principios de otoño, todo discurre como siempre en un balneario de Crimea: algunos se reúnen para hacer negocios, un padre inicia a su hijo en los secretos de la existencia, algunos filosofan y otros buscan amor, sexo o droga. Pero a veces las cosas se complican y una pisada puede acabar con sus vidas, un murciélago puede convertirse en la sombre de la muerte o una cinta matamoscas puede dar fin a tiernos proyectos.
Porque Arthur, Sam, Marina,Natasha, Dimitri y tantos otros inolvidables protagonistas de esta historia viven su peripecia como hombres y mujeres a la vez que como insectos. Y al igual que todos nosotros, van en busca de la luz, sucumben a las órdenes incomprensibles del instinto y se enfrentan ante el enigma de eso que se agita y nos arrastra, y que llamamos vida.
El día del oprichnik, de Vladimir Sorokin
Una metáfora salvaje y contundente de la sociedad rusa actual. En el siglo XVI, el déspota ruso Iván el Terrible estableció la oprichnina, una especie de estado de emergencia que otorgaba al zar poderes absolutos. Una ola de terror y de sangre invadió Rusia. Los oprichniks, todopoderosos integrantes de la guardia personal de Iván, llevaban a cabo su voluntad sembrando el miedo y la muerte...
Todavía en el siglo XXI este período histórico ejerce una peligrosa fascinación. El oprichnik de la Nueva Rusia, Andrey Komyaga, narra en primera persona su jornada. Su agenda es apretada: ahorcar al noble caído en desgracia, ocuparse de los asuntos amorosos de la Soberana... Desde su fanatizado punto de vista conoceremos la Rusia de 2027, aislada del resto del mundo por la Gran Muralla y gobernada con mano de hierro por el omnipotente Soberano, una sociedad sumergida en la increíble mezcla de pasado medieval y futuro tecnológico.
Vladimir Sorokin, el más provocativo y mordaz autor de la Rusia contemporánea, ha sido el único que se ha atrevido a reflejar en la literatura las alarmantes realidades políticas de la Rusia actual. El resultado es esta aturdidora novela, corta, concentrada, sarcástica. El carácter profético de la ucronía de Sorokin la sitúa al lado de las más angustiosas visiones de Orwell y Zamiatin.
Zuleijá abre los ojos, de Guzel Yájina
Corre la década de 1930 en la pequeña aldea de Tartaria donde viven Zuleijá, su rústico marido, treinta años mayor, y su anciana suegra, empeñada en castigarla por no darle nietos. La educación recibida impide a la joven resentir siquiera el grado de servidumbre al que está sometida o desear una vida distinta. Pero cuando una serie de acontecimientos la arranquen de su pequeña familia y la arrojen a un mundo no menos brutal, pero sí más ancho y diverso, lleno de personas de distintas procedencias, oficios y credos, verá desmoronarse sus creencias más arraigadas. Con el tiempo, no obstante, este forzoso exilio material y moral permitirá a Zuleijá dar y recibir afecto, engendrar e incluso decidir su suerte.
Con una prosa tan vivaz como versátil y la inmensa perspicacia psicológica de la gran tradición novelística rusa, Guzel Yájina recrea distintas voces y relata el espléndido despertar de una mujer cuya epopeya ha emocionado a miles de lectores en todo el mundo.
Isla Crimea, de Vasili Aksionov
Escrita en 1979, Isla Crimea recrea una realidad alternativa, magistralmente plasmada por la pluma de Aksiónov, en la que la vieja Rusia Blanca sobrevive al envite de la revolución refugiándose en Crimea, que el autor ha transformado para la ocasión en una isla.
Sesenta años después de la Revolución de Octubre, frente a la poderosa y mastodóntica Unión Soviética se yergue burlona esta pequeña isla, su Taiwán particular, entregada al capitalismo más glamuroso y atestada de rascacielos, pero incapaz de decidir sobre su propio futuro: ¿constituirse en nación independiente o regresar a los duros brazos de la madre patria?
Y solo el hábitat de Isla Crimea podría haber creado un personaje como el ilustre Lúchnikov, un playboy adinerado, redactor jefe del influyente Courier (el rotativo más importante de la región) y principal valedor de la idea de la reunificación rusa: el Destino Común. La persecución de este ideal lo llevará a internarse en un laberinto de conspiraciones y agencias de espionaje y a emprender un viaje sin retorno en el que quedarán evidenciados los absurdos de dos sistemas antagónicos (el capitalismo extremo y el comunismo) pero igualmente fallidos, para precipitarse a un apocalíptico y premonitorio final.
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