Aunque hoy nos parece tan común que apenas le damos importancia, la sal fue a lo largo de la Historia un bien tan escaso como demandado, un verdadero oro blanco capaz de desencadenar guerras y provocar revoluciones. Durante siglos, la sal fue objeto de deseo, comercio y contrabando. Era fundamental para la alimentación humana y animal y para la conservación de los alimentos.
En la actualidad, las salinas de Ulló, al fondo de la ría de Vigo, pasan casi desapercibidas, un remanso de paz en un ría repleta de ajetreo. Sin embargo, este rincón fue durante siglos uno de los corazones económicos de la ría, el lugar del que se extraía la sal que permitía transportar la principal riqueza de la zona, el pescado, hacia el interior.
¿Todavía no conoces este apacible lugar? Pues déjame que te cuente...
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