Llegué a La fuerza y el viento, de Óscar Lobato, por pura casualidad. Ni siquiera recuerdo ya quién me habló de este libro o en qué página de literatura me lo crucé. Conociéndome, imagino que bastó la portada y la palabra «piratas» en el texto de la contra para engancharme. Si es que para algunas cosas soy de lo más facilón...
Y menos mal, porque La fuerza y el viento es una delicia. Una novela de aventuras que te coge por el pescuezo y te lleva en volandas hasta el final, y entonces te deja con el cuerpo hecho unos zorros y pidiendo más, por favor, un poco más. Una novela de piratas tan apasionante como las novelas de piratas de toda la vida, esas ambientadas en el Caribe o en los Mares del Sur, pero con un importantísimo matiz: en este caso se trata de piratas actuales.
La acción comienza con uno de los protagonistas, Uriel Gamboa, flotando a la deriva en el mar Caribe con un cadáver a su lado. A partir de ahí, el autor retrocede hasta la década de 1970 para contarnos cómo ha llegado a tan peliaguda situación. Y entonces empezamos a conocer a un buen puñado de personajes tan fascinantes como arriesgados, y de paso nos embarcamos en un velero para recorrer los mares de la Costa del Sol, Italia, Irlanda o el Caribe.
En estos tiempos de políticos corruptos, empresarios indecentes y banqueros ladrones, la historia de Uriel Gamboa es tan refrescante como bañarse en el lago de un glaciar. Un cuento moderno de piratas que atrapa la imaginación y hace soñar con la libertad, con el Caribe, con el poderoso atractivo de la vida al margen de los convencionalismos, los horarios y los estrechos límites de la normalidad. Leyendo a Lobato me venían a la cabeza los relatos de Lluvia, de Somerset-Maugham, o fragmentos de En los Mares del Sur, de Stevenson, y tantas otras obras que tienen esa maravillosa capacidad de sugestión, de arrancarnos de nuestras pequeñas vidas y arrojarnos a la vorágine.
Y además está bien escrita, rebosante de metáforas potentes, brillantes como flashes en los ojos, que me hacen pensar que el autor, que por cierto es periodista, debe de ser uno de esos reporteros de la vieja escuela, de imaginación punzante y verbo preciso como un bisturí.
Solo hay un problema: os engancharéis a Lobato y querréis más. Que yo sepa, tiene tres novelas: La fuerza y el viento, Centhaure y Cazadores de humo, pero las dos últimas (en realidad, las dos primeras, una de 2009 y otra de 2007) están agotadas en muchas librerías y no tienen versión digital. Os dejo el enlace a Amazon, donde sí las he encontrado. En vuestro caso ni lo dudaría: yo me las he devorado en sentido inverso a su fecha de publicación. Y me han encantado las tres.
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