De forma paralela al discurrir de la Historia con letras mayúsculas, en La cruz de ceniza se traman otra historias individuales más modestas, pero no menos apasionantes y entrenidas, capaces de absorber la atención del lector, que pasan por la búsqueda de un pequeño bastardo real y culminan en la apoteosis escatológica y milenarista de los sucesos de Münster.
Como escenario de una época reflejado con maestría por sus autores, recuerda en muchos momentos a Opus Nigrum, obra maestra de Marguerite Yourcenar.
Absolutamente recomendable para todos los amantes de la buena novela histórica.