No pretendo alarmarte, pero desde hace doscientos años sufrimos una de las invasiones silenciosas más tenaces de la historia: una multitud de criaturas de muy diversas procedencias se infiltran en nuestros pueblos y ciudades, comparten camino y posada con los locales e incluso se instalan en nuestras casas con una única intención: observarnos, analizarnos, medirnos con curiosidad de entomólogo, fascinados por lo que contemplan y convencidos de que somos un pueblo asombroso.
Sí, estoy hablando de los viajeros extranjeros que nos visitan. No los confundas con los turistas, que esos también son muchos (millones, en realidad), pero ni observan, ni analizan ni sienten curiosidad, más allá del precio de la sangría o de la participación en los ritos de apareamiento locales.
Desde finales del siglo XVIII, España se convirtió en destino preferido de cuantos en la civilizada Europa buscaban una experiencia exótica, darse un paseo por ese primitivismo castellano tan fascinante que, además, tenía la ventaja de estar justo al lado de casa. (Antes de que tengas tiempo de indignarte, revisa tus comentarios sobre tu último viaje a Marruecos...).
El resultado de esa invasión silenciosa y tenaz es una riquísima literatura de viajes que nos ofrece una oportunidad única: contemplarnos desde fuera para conocernos y entendernos mejor (o simplemente para entretenernos, que tampoco hay que ponerse trascendentales cada vez que estornuda un alemán). Una oportunidad que, ahora que estoy preparando un viaje de tres meses en furgo por el interior de España, no podía dejar pasar.
(Pero estoy seguro de que ya te esperabas esta entrada, después de que la semana pasada te hablara de los 15 libros de viajes por España de escritores españoles que me estoy leyendo, ¿verdad?).
Al igual que te decía sobre los libros de la semana pasada, los de hoy solo son una pequeña muestra de lo mucho que han escrito sobre España los extranjeros, los títulos que más me han llamado la atención, tanto de siglos pasados como actuales.
Estoy devorándolos en este momento y ya me he topado con algunos interesantísimos, de esos que te descubren lo que siempre has estado viendo sin saberlo. Te hablaré de ellos más por extenso en futuras reseñas, pero por ahora aquí tienes una lista (sin orden ni concierto) que espero te resulte tan tentadora como a mí.
Manual para viajeros por España, de Richard Ford
Richard Ford es uno de esos grandes viajeros británicos del siglo XIX a los que se llamó «los curiosos impertinentes». Llegó a Sevilla en 1831 y desde allí recorrió todo el país a caballo o en diligencia, tomando nota de todo lo que veía y oía en una serie de cuadernos que llenó con descripciones de los monumentos y obras de arte que más le llamaban la atención. A partir de sus notas, dibujos y recuerdos publicó en 1845 este Manual..., que despertó de inmediato una sensación en su país y que se ha convertido en el más original relato de un extranjero sobre España.
En el 150 aniversario de la muerte de Richard Ford, se recupera para la Biblioteca Turner el texto original, traducido por el escritor Jesús Pardo. La obra, en su esta edición, está publicada en siete volúmenes y se complementa con otro tomo de impresiones generales que sirve de estupenda introducción: Cosas de España, el país de lo imprevisto.
Te dejo más información de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Nuevo viaje a España, de Jean-François Bourgoing
En 1777, durante el reinado de Luis XVI, Jean-François Bourgoing es enviado a Madrid como secretario de embajada. Poco a poco va ascendiendo en el escalafón hasta convertirse en ser ministro plenipotenciario entre 1791 a 1793, fecha en que es expulsado de España.
En 1795, el revolucionario Comité de Salud Pública le envió a negociar con España las condiciones de paz. En total, Jean-François Bourgoing pasó doce años en España, por la que viajó extensamente. Llegó a tener un profundo conocimiento del país y de sus gentes, su industria, comercio, ganadería, política, comunicaciones, ejercito, fortificaciones, puertos, etc.
Aprovechando esos conocimientos escribió Nouveau voyage en Espagne ou Tableau de l'etat actuel de cette monarchie, (Nuevo viaje a España y estado actual de esa monarquía), que fue publicado en 1788 y es considerado uno de los libros de viajes más objetivos y documentados sobre la España de finales del siglo XVIII, guía y fuente documental para posteriores viajeros.
(No te dejes engañar por el título de la portada que he puesto o el de los enlaces: se ha publicado con diferentes títulos, como ves).
Te dejo más datos de diarioinformacion.com.
Por los caminos del reino materno, de Joaquim M. Palma
Viaje de un portugués por tierra del antiguo Reino de León. Estamos ante un título único en su especie, que relata con maestría en español y en portugués un periplo por las tierras que conformaban el antiguo Reino de León.
«A muchos les sorprenderá este libro. A otros les agradará y les llenará de orgullo o de gratitud. A mí me ha reconciliado con una literatura que en los últimos tiempos se ha mercantilizado mucho al hilo de la moda y de la oportunidad: la vieja, maravillosa, impagable, agradecida literatura de viaje. Y sin necesidad de salir de mi país ni de mi región». (Del prólogo de Julio Llamazares).
Te dejo más información en el Diario de León.
Viaje por España, de Théophile Gautier
Téophile Gautier, el famoso escritor, poeta, dramaturgo, periodista y crítico literario, fue un empedernido viajero que a lo largo de su vida visitó Alemania, Rusia, Turquía, Italia, Egipto, Argelia y España, países a los que describió con exactitud y un cierto aire romántico.
A España viajó entre mayo y octubre de 1840 en compañía de su amigo Eugène Piot, coleccionista, esteta y arqueólogo, que tenía la intención de comprar obras de arte aprovechando las recientes leyes desamortizadoras españolas. Durante el viaje, Gautier fue escribiendo semana a semana artículos de los lugares que visitaba y los fue recopilando con destino a un periódico de Paris (La Presse, de Émile de Girardin) y a la Reviste des Deux Mondes). En 1843 y con el título de Tra los montes aparecerá una primera versión, pero no será hasta 1845 cuando lo redite con el título definitivo de Viaje por España.
La obra fue recibida con gran entusiasmo por el público francés debido a la amenidad de su lectura, que combinaba la explicación turística, la crónica y el diario de viajes. En ella Gautier descubre una imagen de España interesada y personal, como buen viajero romántico, en la que con facilidad narrativa consigue hacer al lector cómplice de sus pensamientos y observaciones, muchas veces teñidas de un sutil sentido del humor. A Gautier le interesa todo: los paisajes, la luz, el color, los tipos humanos, la gastronomía, las costumbres, las fiestas... Todo lo describe con pasión y sensibilidad, sin dejarse llevar por los prejuicios.
Te dejo una reseña en Hislibris.
Diarios de viaje por España, de George Ticknor
La vocación intelectual del norteamericano George Ticknor, considerado el primer autor de una historia literaria española (1849) y precursor en Harvard de los estudios hispanísticos en Estados Unidos, debe mucho al viaje de formación que lo llevó a recorrer España en 1818.
Gracias a este pudo conocer in situ su tan admirado carácter nacional español, amén de varias personalidades de la corte, las letras o la aristocracia, pero también los problemas que aquejaban al país cuatro años después del final de la Guerra de la Independencia. El diario que fue redactando durante este viaje, cuyos manuscritos guardaban muchos pasajes inéditos y que nunca habían sido traducidos al español, es un lugar privilegiado para encontrar sus hondas reflexiones sobre el ser de los españoles y el retrato del país a la altura de 1818, mientras se descubren las amenas aventuras de uno de los primeros viajeros extranjeros por la romántica España.
Te dejo más información (en inglés, sorry).
El camino inmortal, de Jean-Christophe Rufin
El Camino de Santiago es una alquimia del tiempo sobre el alma, un viaje que cada año inician cientos de miles de personas. Jean-Christophe Rufin emprende una de las grandes historias de viajes en nuestros días, en la cual el prestigioso novelista, académico y diplomático relata su recorrido de ochocientos kilómetros por el Camino del Norte a Santiago de Compostela.
En el trayecto, la experiencia física se transforma en una reflexión que invita a la búsqueda de uno mismo y a llevar una vida plena y consciente, más allá de lo trivial. Este inusitado peregrino se convierte en un observador lúcido que retrata con un sentido del humor único su travesía por las costas vascas y cantábricas hasta llegar a los montes de Galicia.
Coloridos retratos, anécdotas divertidas, un delicioso ejercicio de autocrítica para quienes van a la búsqueda de nada y les mueve la pasión de seguir caminando.
Te dejo una reseña en El Cultural.
Cartas desde la Alhambra, de Washington Irving
Washington Irving estuvo en Granada en dos ocasiones distintas. La primera del 9 al 20 de marzo de 1828, una quincena escasa, y la segunda, mucho más larga, del 4 de mayo al 29 de julio del año siguiente, casi tres meses intensos e inolvidables que terminaron cuando tuvo que viajar hasta Londres para asumir el puesto de secretario de la Embajada de Estados Unidos en la capital inglesa.
Además de hallar la inspiración para escribir sus célebres Cuentos de la Alhambra, el escritor romántico mantuvo una larga correspondencia epistolar con familiares y amigos. Aquellas cartas, inéditas hasta hoy en España, nos muestran las impresiones, el regocijo y el hechizo al que sucumbió durante su estancia en la Alhambra.
Son cartas pobladas de anécdotas y claves que nos muestran a un viajero atento, despierto y sensible. Cartas que descubren al Washington Irving más íntimo y ensoñador.
Te dejo una reseña en El blog de sueños de España.
De Ronda a las Alpujarras, de Alastair Boyd
Este libro nos sumerge en la Andalucía de vísperas de la revolución del consumismo. Los viajes narrados se llevaron a cabo entre los años 1965 y 1967 y todos ellos fueron realizados a caballo. La carencia casi absoluta de desarrollo en el interior del país garantizó la conservación de la mayoría de las cañadas reales, los antiguos caminos de ganaderos y arrieros. Apenas existía el alambrado de terrenos privados y con frecuencia se podía cabalgar un día entero sin apenas tocar una carretera asfaltada. Aquellos fueron los últimos años en que se podía viajar de este modo en la confianza de que se encontraría posada y forraje para los animales en cualquier pueblo donde se pernoctara. Ya se vislumbraban cambios inmensos, pues la mayor parte de esas primitivas hospederías con sus amplias cuadras estaban a punto de cerrar sus puertas para siempre.
Fue una época también en la que el turismo iba en aumento, aunque se limitaba casi exclusivamente a las ciudades monumentales y a las costas. La Costa del Sol comenzaba a extenderse desde la playa hacia las faldas de las sierras, pero Marbella conservaba todavía las características de un pueblo español con cierto encanto. Ronda, con sus dos estrellas en la guía Michelín, siempre había atraído a cierta clase de turista, sobre todo gente seria que llegaba en tren o en coche propio, por lo general provista de la clásica guía y libros sobre botánica de la región o la arquitectura árabe. Los autocares de los turoperadores no se habían asomado todavía; la entonces peligrosa carretera que une Ronda con San Pedro de Alcántara servía de protección contra la invasión del turismo transitorio de un día. Los residentes extranjeros eran escasos y estaban muy esparcidos. El autor conocía a todos los que vivían en un radio de treinta kilómetros alrededor de Ronda. En su viaje desde Ronda a tierras de Almería y Granada se encontró a un solo extranjero en todo un mes. En aquel entonces existía cierta competencia entre los que viajaban en busca de la vieja España, pues todos se sentían exploradores y cada uno quería descubrir el tesoro por su propia cuenta.
Un verdadero libro de viajes debe satisfacernos a varios niveles, expectativa que en este caso se cumple con creces. La narración de Alastair Boyd, ya de interés histórico, nos permite saber cómo eran, cómo vivían y cómo pensaban las gentes que habitaban estas sierras cuando el turismo y el consumismo apenas habían influido en sus costumbres.
Te dejo la reseña de El Correo.
La Biblia en España, de George Borrow
Entre 1836 y 1840 (los años de la primera guerra carlista, la desamortización y la primera regencia), George Borrow viajó por cuenta de la Sociedad Bíblica británica con el objeto de difundir el Nuevo Testamento en una edición sin comentarios y accesible para todos.
La vocación apostólica de «Don Jorgito el inglés», nombre por el que se le conocía en Madrid, le permitió recorrer media España y ser protagonista o testigo de múltiples incidentes, encuentros con bandidos, arrestos y detenciones, conspiraciones de gitanos y amenazas de muerte cuyo recuerdo vertió, a su vuelta a Inglaterra, en este libro, que alcanzó de inmediato gran éxito y difusión.
Manuel Azaña, traductor y prologuista en 1921 de la edición española, señala el novelesco interés de muchas aventuras, que parecen propias de un libro picaresco, pero por encima de todo destaca su carácter de obra de arte, de creación, que lo sitúa entre los mejores libros de su género.
Te dejo con una reseña en La Opinión de A Coruña.
Recuerdos de un viajero por España, de Emil Adolf Rossmässler
Los «Recuerdos» del científico alemán Emil Adolf Rossmässler (1806-1867), que viajó a España en 1853 como naturalista especializado en moluscos, subvencionado por científicos ingleses, se centran en la descripción de la vida diaria: los mercados, la comida y la bebida, la moda, el arte, el comportamiento ante los extranjeros, los cultivos, el comercio, la hostelería, las fiestas, el cuidado de los enfermos, el idioma, las carreteras y los transportes, la política, la ciencia...
Sin embargo, como él mismo afirma: «objetivo no es, ya que hay tres cosas que me han entusiasmado: las clases inferiores en su probidad infantil, los restos inmortales del tiempo de los moros, y lo que me entusiasmó en todos lados: la naturaleza». Es la primera vez que esta obra se traduce al castellano.
Te dejo más información (en pdf para descargar).
El desvío a Santiago, de Cees Nooteboom
Es este un inteligente libro de viajes de un espléndido autor holandés enamorado profundamente de España y dueño también de una erudición poco común.
Cees Nooteboom encarna al viajero que siempre se deja tentar por los caminos laterales, y aunque su destino es Santiago de Compostela, se detiene en Aragón, pasa por Granada, busca en Soria el ábside de una iglesia, hace escala en la isla de la Gomera o en los pasillos vacíos del museo del Prado.
También su prosa se desvía y se interna por gozosas digresiones, a veces literarias, a veces políticas, irónicas, eruditas o melancólicas. Hay en su mirada un asombro que transfigura la realidad y convierte esta obra en una minuciosa guía para recorrer el corazón de España.
Te dejo una reseña publicada en Leer y viajar.
Viaje por España, de Hans Christian Andersen
El exotismo, las costumbres y las particularidades del carácter español atrajeron a un gran número de escritores y pensadores del siglo XIX, principalmente europeos, que se lanzaron a recorrer nuestro país y volcaron sus experiencias en distintos libros de viajes. Entre otros viajeros ilustres de aquellos tiempos, cabe destacar a Alejandro Dumas, Washington Irving, Téophile Gautier, Victor Hugo o Hans Christian Andersen.
El escritor danés realizó, entre septiembre y diciembre de 1862, un viaje por varias regiones españolas cuyas impresiones quedaron recogidas en este libro, que fue publicado al año siguiente en Dinamarca con el título de I Spanien. Este viaje supuso para Andersen hacer realidad su viejo deseo de conocer nuestro país; un sueño que se había forjado cuando era niño, mientras jugaba con los soldados españoles destacados en Odense durante las guerras napoleónicas. Desde entonces España formaba parte de su imaginario.
Este libro constituye un valioso testimonio acerca de las costumbres y la vida cotidiana de la España decimonónica, así como una ilustradora semblanza de algunas de las figuras más destacadas de la época, como el duque de Rivas, Eugenio Hartzenbush o Cánovas del Castillo. La plasticidad de sus descripciones, la agilidad de su prosa y la agudeza mostrada para destacar entre la abigarrada realidad el detalle revelador o el tipo característico hacen de esta obra un valioso texto literario y un documento histórico de primer orden.
Te dejo una reseña publicada en Diario del viajero.
Al sur de Granada, de Gerald Brenan
El célebre hispanista Gerald Brenan, harto de la rigidez anglosajona, llegó en 1920 a Yegen, pueblecito plácidamente recostado en una ladera alpujarreña. Allí, y hasta 1934, residió, alternando con viajes, más de seis años. Fascinado por la sencilla espontaneidad de sus gentes, su lenguaje y sus costumbres, Brenan, al tiempo que se documentaba, fue anotando minuciosamente cuanto veía, oía y vivía.
El resultado es esta emocionante y valiosa monografía sobre la vida en La Alpujarra en esos años, en la que quiso dejar constancia de todos los aspectos que le atrajeron, desde los usos amorosos de los lugareños a la gastronomía de la zona, pasando por las canciones infantiles, los burdeles de Almería o las visitas, descritas en escenas memorables, que le hicieron personajes como Dora Carrington, Lytton Strachey, Virginia Woolf o Roger Fry.
De los muchos trotamundos ingleses que, atraídos por la historia y la geografía españolas, han relatado sus aventuras por estas tierras, Brenan constituye sin duda un caso peculiar. Seducido por «un país que ha insistido en conservar cierta dosis de anarquía y rebeldía», como confiesa el autor en Al sur de Granada, escrito en 1957, ofrece una original simbiosis de arqueología, historia, etnología y antropología, salpicada de sugestivas interpretaciones, que lo diferencia de todas las demás narraciones de viajeros.
Te dejo una reseña en Hislibris.
La montaña sagrada, de Jason Webster
Al pie del Penyagolosa, una montaña legendaria del interior de Castellón, cerca de donde se refugiaron los últimos cátaros, solo quedan hoy en día jabalíes, tierras invadidas por las zarzas, y cuatro pueblos ruinosos.
Este fue el lugar elegido por el escritor británico Jason Webster y su compañera valenciana, Salud, para tratar de reencontrarse con una vida auténtica, cerca de la naturaleza y el silencio elocuente del campo. Sin más ayuda que un manual árabe del siglo XII, los consejos de los escasos habitantes de la zona y unas ganas enormes de huir de la monotonía urbana, Jason y Salud se empeñaron en reconstruir, limpiar los campos, replantar árboles autóctonos, aprender los usos de las hierbas silvestres y escuchar las leyendas de uno de los últimos paraísos del mundo.
Te dejo una reseña en El País.
Los viajes del Guiri, de Gary Bedell
Gary Bedell, el guiri más famoso de las ondas radiofónicas gracias a su colaboración en el programa de Carlos Herrera en Onda Cero, ha decidido poner por escrito algunas de sus muchas aventuras por la geografía española, que tan buenos ratos hacen pasar a sus oyentes.
Con su característico acento, sus jocosas meteduras de pata idiomáticas y su peculiar forma de ver y comprender a las gentes de este país, el Guiri nos descubre una España rica en paisajes, pueblos, tradiciones, música y fiestas populares.
Todo llama su atención y pasa por su mirada: los toros, las procesiones, el Misterio de Elche, la danza de los zancos de Anguiano, el Camino de Santiago, las Fallas, las fiestas de Caravaca de la Cruz, los Sanfermines… Por su estómago, que se deleita con las comidas más típicas y los vinos más deliciosos… Y por el objetivo de su cámara, con la que ha captado las maravillosas fotografías que ilustran este libro.
Te dejo una reseña de Carlos Herrera.
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