Libros que hay que relee el enamorado de la osa mayor De vez en cuando, no hay nada como una buena relectura. Volver a encontrarte con ese viejo amigo que te ha acompañado desde tus quince o veinte años, con ese libro que se marcó a fuego en tus todavía tiernas e impresionables neuronas. Cada vez me estoy aficionando más, debe de ser la edad, a estos reencuentros con las viejas glorias, con mis lecturas iniciáticas

Reconozco que siempre que me enfrento a un libro que me fascinó décadas atrás lo hago con un cierto nerviosismo. ¿Cuántas veces te ha pasado que ese libro que has recomendado tantísimas veces te defrauda cuando lo relees con muchos más años y más criterio?

Sin embargo, hay lecturas que resisten el tiempo. Más todavía: hay libros que, como un caldo exquisito, mejoran con la edad. Desarrollan nuevos aromas, o quizá es nuestra nariz más entrenada la que descubre nuevos matices. Sea como sea, hay libros que hay que releer. 

Uno de ellos, del que te hablé hace unas semanas, es el magnífico Mecanoscrito del segundo origen de Manuel de Pedrolo. Otro, sin duda, es el que hoy te traigo: el extraordinario El enamorado de la Osa Mayor, de Sergiusz Piasecki.

 

El enamorado de la osa mayor, Sergiusz Piasecki

El enamorado de la Osa Mayor

Novela pura de acción, El enamorado de la Osa Mayor ha despertado en sus lectores una pasión y un entusiasmo que aún hoy siguen vivos en todos los rincones del mundo. En parte autobiográfico, y escrito en la cárcel por un bandolero que no tenía la más mínima preparación literaria y a quien se había conmutado la pena de muerte por una de quince años de reclusión, el libro llegó a provocar en la Polonia de 1937 un deslumbramiento tal que incluso llegó a promoverse una suerte de plebiscito para obtener la liberación de su autor. Ha conocido numerosas traducciones y en todas partes se recuerda con la coloración del mito. Vista hoy, vigorosa y directa, El enamorado de la Osa Mayor es un libro de lectura tan absorbente como la del mejor Conrad, y deja en el lector el recuerdo de la mejor literatura de aventuras.

 

Sergiusz Piasecki debió de ser un tipo fuera de lo común. En el mejor y en el peor de los sentidos. Un hombre aventurero, amigo de sus amigos, profundamente enamorado de la vida, siempre viviendo al límite, más allá de las normas a las que nos atamos el resto de los humanos.

Aunque no sabemos demasiado de él, creemos que nació en la Bielorrusia actual, en un territorio que ha estado bailando durante siglos entre diferentes Estados: un territorio eternamente fronterizo. Y eso le marcó, sin duda. El enamorado de la Osa Mayor es un relato de pura aventura y, a la vez, casi completamente autobiográfico. Es la historia de un contrabandista de la frontera entre Polonia y Rusia, allá por la década de 1930. La historia de unos hombres que viven al margen, traficando con mercancías, siempre de aquí para allá, a través de la noche, bajo las estrellas. De unos hombres que viven al límite, constantemente en peligro, y que quizá por eso beben la vida a grandes tragos de amistad, de pasión y, también, cómo no, de vodka.

Empecé a releer este El enamorado de la Osa Mayor con muchísima prevención, temeroso de que se me cayera uno de los mitos más consolidados de mi vida lectora. Descubrí a Piasecki con catorce o quince años, en una de aquellas viejas y malísimas ediciones de la Editorial Reno, y quedé subyugado al instante. El enamorado de la Osa Mayor me llenó la cabeza y el pecho de un ansia de aventura, de vivir al margen, de viajes, libertad y emoción. En la España de la temprana transición, soñar con una vida así era tener mucha imaginación.

Durante décadas recomendé este libro y más de una vez, pasados los años, pensé en releerlo. Pero no me atrevía. ¿Y si lo que me había fascinado con catorce años se me descubría tosco o absurdo con treinta, cuarenta o cincuenta? Sin embargo, en cuanto descubrí que había sido reeditado por Acantilado, no pude resistirme más.

Y he vuelto a quedar enamorado de este libro. Hoy veo con mucha más claridad la ingenuidad del personaje, pero también aprecio muchísimo mejor su hedonismo, el profundo disfrute de la vida al margen, el placer de caminar bajo las estrellas y la pulsión poética que le lleva a sentirse fascinado por la Osa Mayor, por la noche y la aventura. Incluso su lenguaje o, mejor dicho, el modo en que los personajes se tratan y se relacionan, con una formalidad hoy desusada, contribuye a revestir la historia de un aura de leyenda, de historia escuchada al calor de la lumbre. 

Este es un libro para los que seguimos añorando un mundo mucho mas ancho y misterioso que el que la prensa y el día a día nos presentan, un mundo donde todavía es posible vivir sin preocuparse por el futuro, rodeado de amigos tan fieles como la misma fidelidad. Un libro que, sin duda, se merece una buena relectura. 

 

¿Lo has leído? ¿Te tienta?

 

 

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