Las crónicas mestizas José María Merino

La conquista española de América fue un proceso plagado de claroscuros, un largo período de encuentros y desencuentros, imposiciones y choques brutales entre culturas muy distintas, en los que los indígenas americanos llevaron las de perder.

Para los europeos, encorsetados por una religión castradora y omnipresente y limitados por una concepción del mundo monolítica, el contacto con la diversidad americana supuso la apertura a un universo nuevo, el descubrimiento de un espacio para la fascinación y el asombro, la epopeya y la magia. América se convirtió en el territorio de la aventura en estado puro. Este deslumbramiento, que ya aparece reflejado en las Crónicas de Indias contemporáneas, es el que retrata de forma extraordinaria José María Merino en la trilogía que hoy te reseño. 

 

Las Crónicas Mestizas José María Merino

Las Crónicas Mestizas, de José María Merino

 

Hijo de uno de los españoles que combatieron junto a Hernán Cortes y de una india mexicana, el joven Miguel Villacé Yólotl emprende tres aventuras por la América de mediados del siglo XVI. Cada una le llevará a un paisaje y a un momento singulares de la Conquista, enfrentándose a extrañas y fantásticas aventuras, que parecen extraídas de las páginas de las Crónicas de Indias. Batallas, intrigas, múltiples razas de indios y paisajes donde la naturaleza impone su fuerza brutal harán madurar al protagonista, que poco a poco va encontrando fórmulas para sobrevivir a las amenazas de la vida.

Estamos en la mitad del siglo XVI, en momentos y paisajes singularmente dramáticos de la Conquista, en algunos de cuyos avatares participa Miguel, enrolado en las quimeras y miserias de aquella empresa desmesurada. Desde la conciencia de su condición mestiza, nuestro protagonista irá haciendo su aprendizaje de la vida, conquistando su propia lucidez, entre los riesgos y las emociones de los viajes y las batallas, de los encuentros insólitos y los descubrimientos fabulosos. En la tradición de las grandes novelas de aventuras, y como un homenaje expreso a nuestros cronistas de Indias, José María Merino logra un intenso y hermoso relato urdido con la maestría de los mejores cultivadores del género.

 

Las Crónicas Mestizas son en realidad tres novelas, publicadas originalmente en la década de 1980, El oro de los sueños (1986), La tierra del tiempo perdido (1987) y Las lágrimas del sol (1988), cada una de las cuales recoge una aventura vivida por el protagonista, el joven de quince años Miguel Villacé Yólotl, hijo de uno de los hombres de Hernán Cortés y de una india tlascalteca. Aunque inicialmente fueron escritas como novelas juveniles, desde un principio atraparon a lectores de todas las edades.

Y es que José María Merino no se planteó esta trilogía como una crónica de la conquista, sino como una serie de novelas de aventuras en el sentido más clásico del término: la narración de las vicisitudes de un héroe en un espacio misterioso y desconocido, la esforzada búsqueda de tesoros ocultos y el camino del aprendizaje, de la maduración. América aporta el escenario mágico para una serie de aventuras que conducen al protagonista al descubrimiento del mundo y de su propia naturaleza.

Más allá de la estructura clásica de los relatos de aventuras, Las Crónicas Mestizas son un relato de superación y asombro que nos permiten adentrarnos en un mundo fascinante, el de los años centrales del siglo XVI, cuando todavía amplios espacios americanos permanecían ajenos a la llegada de los españoles. Aúnan el placer de la aventura y la superación personal con el descubrimiento de un período histórico apasionante, retratado de forma vívida y precisa. Una lectura para devorar con fruición, de las que abren el apetito por conocer más a fondo un mundo nuevo.  

 

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