- Categoría: Reseñas históricas
En vaya líos me meto, si es que no aprendo. A ver, ¿qué necesidad tenía yo de comprometerme a leer esto? Pues anda que no tengo mil libros pendientes, que me los salto todos y me pongo con La reina demonio del Río Isis. Y todo por el puñetero Facebook.
Me explico. Conocí a Gabriel Romero de Ávila cuando lo atraje a mis redes (sociales, malpensado) creo que con la excusa de un sorteo de mis libros. Entre que es escritor y que tiene nombre de ídem (llamándote así solo puedes ser escritor o marqués), me entró curiosidad y nos pusimos a charlar, que si el libro tal, que si no hay nada como, ya sabéis, tonterías de tipos creciditos que no tienen otra cosa mejor que hacer que dedicarse a contar historias (falsas, of course).
Y resultó que además los dos vivimos (al menos esta temporada) en Vigo y que a la vuelta de la esquina tocaba la Feria del Libro, así que pasó lo que tenía que pasar: quedamos, charlamos más todavía, descubrimos que compartíamos gustos similares, nos caímos bien e intercambiamos teléfonos.
Qué bonita historia de amor.
Pero todas las historias de amor terminan tarde o temprano, y la mía se hizo añicos cuando llegué a casa y me encontré con un ejemplar de La reina demonio del Río Isis pendiente de lectura. «Bueno, ya caerá algún día», pensé, observando esa portada tan poco... clara. Y lo dejé en alguna parte.
Y entonces fue cuando me di cuenta de que este Gabriel es un zorro. Unos días después publicó en su blog (aún encima el cabrito tiene un blog puñeteramente bueno, repleto de cosas interesantes), un artículo sobre mi novela El bando perdedor... poniéndola por las nubes. Ya le vale.
No me quedaba otra cosa que corresponderle. Lo dicho, un puñetero lío, porque, ¿qué diantres iba a decir si no me gustaba su libro? Lo que, con esa portada tan poco clara y ese título tan... demoníaco, era más que probable. Así que tragué saliva varias veces, me encomendé a las musas y me lancé a la lectura.
- Categoría: Mundos literarios
De vez en cuando empiezas a leer una novela y te descubres atrapado. Secuestrado. La vida que llaman «de verdad» se difumina y te acuerdas de la madre del cordero cada vez que tu pareja te interrumpe para cosas tan tontas como darte un beso (salvo que sea uno de esos besos llenos de promesas: en ese caso vale, lo aceptas, que a nadie le amarga un dulce).
Por las noches (después de lo del beso y lo que vino después) no consigues parar de leer y te quedas hasta las tantas. (Sí, se te nota en las ojeras al día siguiente y todo el mundo piensa que has estado de juerga, a la mayoría ni se les pasa por la cabeza que alguien pueda quedarse hasta las tantas leyendo. Somos bichos raros, asúmelo).
Tremendo, ¿verdad? Y, sin embargo, sabes que no estoy exagerando: hay libros que parecen más reales que la vida misma. Historias que se quedan a vivir con nosotros y se incrustan en nuestra memoria como si de verdad las hubiéramos vivido. ¿No te ha pasado alguna vez que al pasar por un lugar en el que nunca has estado tienes la sensación de que ya lo conoces? Y es muy posible que sea así, que ya lo conozcas: que lo hayas visitado en las páginas de un libro.
Hace tiempo que tengo algo claro: lo que me pasa a mí, por muy especial que me crea (cada vez menos, lo confieso), le pasa a muchas otras personas. Y eso es una suerte. En este caso, esa nostalgia de lo leído, esas ganas de meterse (más) dentro de una historia, ha hecho que proliferen las rutas literarias guiadas, ya sea centradas en una obra en concreto o en un autor.
Aprovechando que estamos en verano y tienes más tiempo libre, ¿qué te parece si te regalas unas cuantas experiencias literarias fuera de los libros? Hay para todos los gustos. Hoy te traigo una amplia selección de rutas literarias por diferentes lugares del país. Para que tengas donde elegir, estés donde estés. ¿Preparado? Pues vamos allá...
- Categoría: Mundos literarios
Algo que no consigo entender es cómo es posible que haya tan pocos blogs especializados en novela histórica. Hablo de blogs en castellano, que en otras lenguas hay a patadas. Pero, salvo que haya una conspiración mundial de blogueros históricos para esconderse de mi afilada pluma (no lo descarto), en nuestro idioma casi no hay. Hablo de blogs de cierta entidad, que publiquen reseñas o noticias con asiduidad y que lleven años funcionando.
Y no me lo explico. A ver, ¿no estamos viviendo desde hace casi una década un auténtico boom de la novela histórica? ¿No se publican cada año miles de nuevos títulos, tanto en editoriales tradicionales como autoeditados? Entonces, ¿cómo es posible que haya que buscar blogs de novela histórica casi con lupa?
¡Menos mal que me tienes a mí para informarte! En abril ya te hablé de 4+1 blogs que tienes que seguir si lo tuyo es la novela histórica. Ahora os traigo otros 6+1 estupendos blogs sobre novela histórica. Son pocos, pero de una calidad muy destacable, lo que al menos sirve para compensar la escasez del género. Eso sí, cuatro no se dedican en exclusiva a la novela histórica, aunque esta tiene tanto peso en sus reseñas que me ha parecido justo incluirlos.
¿Ya he despertado tu curiosidad? Pues nada, vamos a por ellos...
- Categoría: Reseñas históricas
Lo siento, tengo que decirlo: la serie de novelas históricas navales de Patrick O'Brian siempre me pareció un peñazo de mucho calibre. Esto no debe de ser muy políticamente correcto, pero qué quieres que te diga. Lo más extraño es que me fascina el mar y me fascinan las novelas históricas marítimas.
Pero las de Patrick O'Brian me hacen bostezar. Lo he intentado varias veces, pero no hay forma: la boca se me abre a la quinta página. Algo tienen, o algo les falta, que es superior a mis fuerzas. Las de C. S. Forester sobre Hornblower son algo más interesantes, pero tampoco mucho más allá: destilan corrección «a la inglesa» y tanta apología de la grandeza británica que tienes que andarte con ojo si no quieres terminar cantando el God Save the Queen a pleno pulmón en el salón de tu casa.
Con estos precedentes, había decidido prescindir de las series navales británicas hasta que tuve la buena fortuna de cruzarme con Alan Lewrie... y me olvidé de tanta corrección y tanta british superiority. ¡Qué personaje, diantres!
- Categoría: Reseñas históricas
Hay novelas que llevan la épica en los genes. Novelas cuyas palabras parecen forjadas en batallas imposibles, pulidas una y otra vez hasta convertirse en dagas de filos aguzados. Esta es una de ellas, y no solo por la historia que cuenta, sino por el recorrido que ha seguido hasta llegar a ti. Y es que estás ante uno de esos libros que se van abriendo paso a codazos, luchando contra los elementos gracias al boca a oreja de sus lectores.
El guerrero a la sombra del cerezo es la primera novela del periodista gaditano David B. Gil. Tras terminarla siguió el proceso habitual (al menos el habitual hasta ahora, que el panorama está dándose la vuelta a gran velocidad): la envió a varias editoriales... que mostraron el mismo interés por ella que las hormigas por la Luna.
Cansado de rechazos, David decidió probar suerte en Amazon. Y entonces se llevó la sorpresa de su vida. La novela comenzó a destacar entre otras miles gracias a su calidad, reflejada en centenares de comentarios de los lectores (363 en el momento en que escribo esto, con una nota media de 4,7 sobre 5. ¡Con lo que cuesta arrancar un comentario a un lector, aunque le guste lo que acaba de leer!) y se aupó a los primeros puestos del Top 10 de Amazon.
Con tal estímulo, David decidió presentarse al Premio Hislibris de Novela Histórica. A poco que estés al tanto de lo que se cuece en novela histórica sabrás de sobra lo exigentes que son los lectores de Hislibris, un referente de calidad. Pues bien: El guerrero a la sombra del cerezo se llevó para casa el premio al mejor autor novel de 2015. Poco después, la novela quedó finalista del Premio Fernando Lara de Planeta... y ya sabemos todos que en estos premios el verdadero ganador es el finalista (¿No lo sabías? ¡No me digas que acabo de desvelarte que los Reyes Magos son los padres!).
Fue entonces cuando Suma de Letras se fijó en la novela y decidió publicarla. (Después de todo, parece que algunas hormigas tienen alma de poeta y sí se fijan en la Luna...). Así ha llegado El guerrero a la sombra del cerezo hasta ti: como ves, una trayectoria de proporciones épicas, una de esas batallas contra el gigante que terminan con el pobre campesino convertido, sin pretenderlo, en paladín. David contra Goliat, vamos. Y nunca mejor dicho. ¡Con lo que nos gustan las historias de superación!